Hoy se cumplen 8 años de la partida de GARRAFA SANCHEZ, aqui transcribo el homenaje realizado en su momento mediante un Post en el sitio TARINGA
Historia José Luis Garrafa Sánchez fue un jugador del fútbol
profesional de Argentina, nacido el 26 de mayo de 1974 en Buenos Aires.
Jugó en diversos clubes de las divisiones de ascenso en la Argentina,
así como también en la Primera División de Argentina y en el fútbol
uruguayo. Falleció el 8 de enero de 2006 a las 15:20 horas, a la edad de
31 años, en la localidad de Laferrere, partido de La Matanza, a raíz de
un accidente sufrido mientras realizaba acrobacias en su motocicleta,
vehículo por el cual sentía una especial predilección.
Apodado "Garrafa", heredó el mote del oficio de su padre, el cual se
ganaba la vida repartiendo garrafas. Según sus dichos, de no haber
mediado su carrera dentro del fútbol hubiera tenido que realizar ese
trabajo para poder subsistir.
Fue dueño de un gran dominio del balón y de una pegada formidable.
Según se dijo dentro del ambiente periodístico argentino, poseía
características dentro de su juego al estilo de Ricardo Enrique Bochini y
de Diego Armando Maradona. Tenía un talento considerado en la jerga
argentina de "Baby Fútbol", el cual le permitía desembarazarse de sus
marcadores ocasionales en espacios reducidos o de realizar certeros
remates dentro de lo que se dice "una baldosa".
Dueño de un fuerte carácter, solía mostrar más vistosamente su juego
en los partidos más difíciles. Tuvo posibilidades de jugar en Boca
Juniors, en el año 1996, bajo la dirección técnica de Carlos Bilardo,
pero su pasión por el motociclismo hizo que fuera descartado de ser
incorporado dentro de la plantilla de ese club. También tuvo la
posibilidad de jugar en el Club Atlético River Plate, pero, por razones
que van más allá del fútbol, las gestiones para su incorporación no
prosperaron.
Fue definido como el "Símbolo del Potrero" por el entorno
periodístico argentino, e incluso por el conductor radial Alejandro
Dolina.
Según sus dichos en diversas entrevistas, siempre fue hincha de Deportivo Laferrere.
Clubes donde jugo: Club Social y Cultural Deportivo Laferrere (Argentina) 1993-1997
Club El Porvenir (Argentina) 1997-1999
Club Atlético Bella Vista (Uruguay) 1999-2000
Club Atlético Banfield (Argentina) 2001-2005
Club Social y Cultural Deportivo Laferrere (Argentina) 2005
Trayectoria Futbolistica Debutó como futbolista en la temporada 1993/94 del Nacional B, a los
19 años, jugando para Deportivo Laferrere, enfrentando a su clásico
rival en las categorías de ascenso, Almirante Brown, el 26 de noviembre
de 1993. A pesar de que su técnico, José Argerich, lo ubicó en la cancha
en la posición de marcador lateral izquierdo, se las ingenió para hacer
sobresalir su juego. Marcó su primer gol jugando para Deportivo
Laferrere, en un partido disputado contra Colón de Santa Fe, a pesar de
sufrir la derrota por 1-6. El arquero era Jorge Vivaldo.
Luego, en la temporada 1997/98, fue transferido al Club El Porvenir,
situado en la localidad de Gerli, siendo el director técnico de esta
institución el ex-árbitro Ricardo Calabria. El equipo transitaba la
primera B del fútbol argentino. En esa temporada logra el ascenso con el
equipo al Nacional B, siendo uno de los jugadores más destacados de la
divisional. Allí fue compañero de jugadores como Hernán Adrián González,
Iván Delfino, Marcelo Coronel, M. Franchini y Fernando Dubra, entre
otros. Al final de la misma temporada, participa en el octogonal de
repechaje para el ascenso a Primera A, perdiendo en las semifinales con
Juventud Antoniana de Salta.
En el año 1999 emigró al fútbol uruguayo, al club Bella Vista. En
este equipo consiguió la clasificación para la Copa Libertadores de
América, la cual no pudo disputar debido a una enfermedad de su padre,
que lo obligó a regresar a la Argentina en el año 2000.
Luego de un prolongado tiempo alejado de las canchas,
aproximadamente 7 meses, retorna al fútbol en el Club Atlético Banfield,
equipo en el cual se desempeñó entre los años 2001 y 2005. Allí sí
logra jugar el torneo continental, dentro del marco de una recordada
temporada 2004/05 de ese cuadro, en la cual pierde en cuartos de final
con River Plate. Dos de sus actuaciones más destacadas dentro del cuadro
del sur fueron estas: un partido frente a Nueva Chicago, en su debut en
el club, en el cual derrotó por 6 a 1, anotando un gol a los 28 minutos
del segundo tiempo. El encuentro fue disputado en el Estadio Florencio
Sola, en la localidad de Banfield. La otra actuación que lo tuvo como
protagonista fueron las finales de ascenso frente a Quilmes Atlético
Club, a fines de la temporada 2001, especialmente en la segunda final,
el partido descisivo. Allí Banfield consiguió ascender a Primera
División.
En el año 2005 vuelve a jugar en el club que fue su primer amor,
Deportivo Laferrere, hasta que a principios de 2006 se produce su
trágico deceso.
Algunas Anecdotas: Cuando lo nombran, sonríen. Aquéllos que compartieron vestuario con
él (entre eso y ser su amigo, dicen, no había mucha diferencia),
coinciden en el gesto. Las anécdotas les ganan de mano a las lágrimas. Y
su esencia rebelde, su accionar de bromista empedernido, salen a la
luz.
Oscar Blanco fue el técnico que llevó a Garrafa al Taladro en el
2000. Pero ya lo había padecido: "Yo dirigía San Miguel y lo enfrenté
cuando estaba en El Porvenir", cuenta Cachín. "Ese día ganamos 3 a 0, y
después del partido los dos hicimos declaraciones fuertes. El dijo que
yo había mandado a mis jugadores a pegarle, y yo dije que se la banque.
Ya ahí me atrajo dirigir a alguien con tanta personalidad. Y Forestello
me insistió, después, para que lo llevara a Banfield. Lo cité en el
bufet del predio y hablamos cara a cara. En el tercer partido opté por
hacerlo jugar donde quisiera. Hacía desastres".
Cristian Lucchetti, por su parte, lo recuerda desde las entrañas del
club que lo idolatró: "Se ganó a la gente. Me acuerdo las dos finales
del Ascenso, contra Quilmes, en 2001. No terminamos con más goles de
diferencia porque jugaba como si estuviera en el potrero. Lo terminé
puteando. Sobraba las jugadas, podía patear y volvía a enganchar. Una
vez entró a poco del final, contra Unión. Cobraron un penal, y Garrafa
lo metió. En el festejo, tiró la camiseta a la tribuna. Cuando fue a
pedir otra, se dio cuenta de que no había más. Se tuvo que quedar
afuera, mientras Garisto le gritaba '¡No jugás nunca más, Gordo!'. Era
un crack...".
Uno de los hombres que encontró en Garrafa al secuaz ideal para
molestar a propios y ajenos, fue Adrián Manuel González: "Cuando llegó,
para romper el hielo, le recordé un partido en el que lo había
enfrentado, le pegué y lo saqué en camilla. Y me dijo: 'Es lo único que
podés hacer vos'. Je. En la famosa final con Quilmes, como no la
largaba, en un tiro libre le tiré: 'Dejá de jugar tu partido, hacé un
gol y festejamos todos'. Me contestó: 'Andá atrás vos, burro, corré y
dámela a mí'. La jugada terminó en gol... y en pleno festejo, me dijo:
'Vos no me abraces, que recién me puteaste'. Era muy calentón. Una vez
en un casino de Santiago del Estero empezó a ganar, y me dio plata para
que guarde. 'No me la des aunque te pida', me dijo. Empezó a perder, y
me la pidió. Como no se la daba, empezamos a los insultos y casi nos
agarramos a piñas. Terminamos en la concentración, él tirándome azúcar
para que se me fuera la calentura y el resto mirando".
"En su debut, 6-1 a Chicago, hizo lo que quiso", contó Javier
Sanguinetti, quien lleva todavía la camiseta de Banfield un poco pegada a
la piel. Hace apenas siete meses que dejó de jugar, y en su memoria se
mezclan la alegría de Garrafa como compañero con la nostalgia de haberlo
perdido justo el día de su cumpleaños. "Antes de un clásico en el 2004,
venía siendo suplente. Faltando días para el partido con Lanús, pasó
por la puerta del cuarto de Falcioni, pensando que no estaba. La golpeó y
dijo: '¡¿Cuándo me vas a poner, hijo de puta?!'. Mientras salíamos, se
abrió la puerta y Falcioni le gritó '¡Nunca, Gordo!'. Terminó
jugando...".
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