Villagra había alcanzado un nivel tan alto en la T que algunos vaticinaban que le esperaba un gran futuro en el fútbol argentino, con chances de partir a alguna liga limítrofe o europea. Era el dueño del mediocampo y mostraba la misma facilidad para quitar que para repartir juego. Un verdadero todoterreno difícil de encontrar en esta época.
La salida de Enzo Pérez a Estudiantes de La Plata había dejado acéfala a la Banda en la mitad de la cancha. El mendocino había sido el cinco indiscutido del equipo en los últimos siete años y brindaba seguridad tanto en la salida como en la marca. Sin embargo, su partida, que era un secreto a voces desde hace meses, obligó a la dirigencia a buscar rápidamente un reemplazante. Y ahí apareció el nombre del futbolista de Talleres en la carpeta de Martín Demichelis.
La constante negativa de Andrés Fassi dilató la negociación. Villagra, hincha de River desde niño, estaba tan ilusionado con la chance de ponerse la banda roja que dejó de entrenarse con el plantel. Además, de acuerdo a la información a la que accedió TyC Sports, le habría lanzado una lapidaria frase al poderoso mandamás: "Ya me cagaste lo de México (lo quiso Rayados de Monterrey). Si no me vendés a River, nos tenemos que agarrar a piñas".
El Millonario y el cuadro cordobés llegaron a un acuerdo a finales de enero. Se habló de una operación de 8 y hasta 12 millones de dólares, lo que la ubicaba entre las compras más caras de la historia del club. Sin embargo, las cifras oficiales presentadas por la Comisión Directiva arrojaron que se hizo por 5.000.000 de la divisa estadounidense, más el 25 por ciento de la ficha de Federico Girotti. También le pagó 1.200.000 cuando cumplió 15 partidos jugados.
Pero la adaptación se le hizo compleja. Si bien comenzó a ganarse minutos de a poco y se transformó en titular con Demichelis, su físico no era el mismo que había mostrado en su anterior institución. Terminó la fase inicial de la Copa de la Liga como un habitué del once, pero la derrota en los cuartos de final de la Copa de la Liga ante Boca lo expuso: le costó jugar solo de volante central, sin alguien que lo secundara en su rol.
Cuando Micho fue echado de su cargo post caída con Godoy Cruz y reemplazado por Marcelo Gallardo, Villagra ya había perdido la pulseada con Rodrigo Aliendro y Felipe Peña Biafore, quien volvió desde su préstamo de Lanús a través de la cláusula de repesca, pero se marchó rápidamente al no ser tenido en cuenta por el Muñeco.
El nacido en Merlo logró levantar notoriamente el nivel de Matías Kraneviter, que había estado lesionado bastante tiempo y corría detrás del cordobés, y eligió a Santiago Simón, frecuente lateral derecho bajo el mando de Demichelis, como su acompañante predilecto. Ese tándem rindió mejor que cualquiera de los que se había probado anteriormente y relegó al ex-Talleres a un lugar más lejano en la fila, después del uruguayo.
A sabiendas de que Gallardo no lo tiene en cuenta, en las oficinas del estadio Monumental no descartan la posibilidad de cederlo a otra institución en el próximo mercado de pases, con alguna obligación u opción de compra que permita recuperar la inversión que hicieron en enero. Pero aún quedan unos meses para que Villagra pueda demostrar su valía y pelear el puesto de volante central de River.