EL MOMENTO DE DEMICHELIS
DEMICHELS DT DE RIVER CAMBIA SILBIDOS POR TROFEOS, EL INFORME DE "TyC SPORTS":
La situación estaba espesa y tenía un final abierto, incierto. La relación entre Martín Demichelis y los hinchas de River, si no estaba a punto de romperse, iba camino a doblarse. Al puñado de silbidos que se habían desatado en el Monumental, hace una semana ante Independiente Rivadavia de Mendoza, se le sumó primero una reacción similar de los hinchas que coparon el Kempes en la previa de la Supercopa Argentina contra Estudiantes. Y después, ya a los 19 minutos del segundo tiempo, cuando River perdía –injustamente-, las tribunas le gritaron al técnico “poné a los pibes”.
Entonces llegaron los goles de Pablo Solari y de Rodrigo Aliendro y la posterior reacción del entrenador contra los hinchas ubicados en la platea más cercana: un grito contenido pero con bronca, casi teledirigido, personalizado, que recién terminó cuando Javier Pinola y Javier Lux lo corrieron de escena disimuladamente. Así como el entrenador debe entender las quejas del público –que tampoco son unánimes-, los hinchas también deben entender el desahogo de Demichelis: muy posiblemente sabía que había estado a 10 minutos, hasta que llegó el empate, de perder el resto del crédito del público o incluso de la posibilidad de perder el cargo.
River no despide a un técnico desde noviembre de 2012, cuando Daniel Passarella decidió terminar el contrato de Matías Almeyda tras un empate ante Independiente, en Avellaneda. Luego, claro, llegaron Ramón Díaz –que renunció tras salir campeón- y Marcelo Gallardo, que finalizó uno de sus contratos. Pero de perder anoche, Demichelis habría quedado en una situación muy delicada: ¿cómo lo habría recibido el Monumental el domingo ante Gimnasia?
¿Los dirigentes lo habrían sostenido a sabiendas de que serían los próximos apuntados por un equipo que sólo había ganado un partido de los últimos seis y que, tras un primer tiempo malo ante Estudiantes –y con otra formación extraña, con Matías Kranevitter y Milton Casco de inesperados dobles cinco-, no termina de armarse?
La supervivencia de Demichelis recuerda a cómo Ramón Díaz, todavía mirado de reojo y más cerca de terminar su ciclo que de continuarlo, pasó con lo justo a una situación límite: los octavos de final de la Copa Libertadores 1996, cuando a una derrota 1-2 en Perú ante Sporting Cristal –que incluyó un 0-2 parcial- le siguió una goleada 5-2 en Núñez, el quiebre para el equipo que terminaría siendo campeón.
Entre todos los puntos a favor que hay que contarle al técnico –un equipo con piel gruesa, de elefante, que hace 15 partidos no pierde-, desde anoche hay que sumarle que tiene estrella: si River ganó su 72º título de su historia, Demichelis fue campeón en tres de los seis títulos que dirigió. Se quedó con la Liga Profesional, el Trofeo de Campeones y la Liga Profesional, mientras el año pasado fue eliminado en la Copa Libertadores, la Copa de la Liga (ambas por penales) y la Copa Argentina.
Pero, a la vez, las dudas de fondo siguen. Demichelis tiene otra estrella pero aún no tiene un equipo definido ni que contagie: gana más de lo que juega. ¿De quién es el lateral derecho, un puesto reconvertido en un casting: del reaparecido Santiago Simón o de Marcelo Herrera, Sebastián Boselli o Agustín Sant’Anna? ¿Quién es el primer marcador central: Leandro González Pirez, que bajó su nivel, o del propio Boselli, que ayer ocupó ese puesto en el segundo tiempo? ¿Quién es el volante central, donde Kranevitter apareció sorpresivamente en lugar de Rodrigo Villagra y hasta de Nicolás Fonseca, que había sumado más minutos? ¿Y cuál es el dibujo táctico: 4-3-3, 4-1-2-3, 3-2-3-1, 4-2-2-2?
Tal vez River necesitaba una victoria épica para salir de la meseta que se estaba convirtiendo en depresión: comenzará a saberse el domingo ante Gimnasia. Por lo pronto, lo consiguió de una forma que por un momento dejará atrás la interna con Enzo Pérez. Un técnico tricampeón no implica necesariamente que sea el ideal, el que deje conformes a todos, pero sumar tres títulos en 15 meses –y convertir a River en el equipo más ganador del fútbol argentino de los últimos años- no es poco. Demichelis tiene estrella.
