mayo 08, 2012

FUE UN IDA COMO AYER

HACE 30 AÑOS NOS DEJABA GILES VILLENUEVE




Se cumplen 30 años de la partida de GILES VILLENUEVE, y el sitio TELAM en un escrito de JOSE POMMARES lo reflejo de la siguiente manera




José Pommarés


El piloto canadiense Gilles Villeneuve no fue campeón de Fórmula Uno pero la "cátedra" de la máxima categoría mundial lo consideró siempre como uno de los corredores más "temperamentales" y "veloces", y mañana será recordado a 30 años de su muerte en Zolder, Bélgica.


Villeneuve, que nació el 18 de enero de 1950 en Saint Jean Sur Richeliu, Canadá, murió en una prueba de clasificación el 8 de mayo de 1982 en el circuito de Zolder, Bélgica, tras colisionar su Ferrari 126 C2 con el March de Jochen Mass.


Temperamental, arriesgado y hasta alocado en su estilo, Gilles Villeneuve nunca conoció el límite de la especulación, y esa tarde en Zolder salió endemoniadamente a bajar el tiempo de su compañero de equipo, el francés Didier Pironi, con quién no tenía una buena relación.


"El Aviador", como lo habían bautizado los mecánicos de Ferrari cuando llegó al equipo a fines de 1977 en reemplazo del austríaco Niki Lauda, había debutado ese año en el equipo McLaren recomendado por el ex campeón de F-1, el británico James Hunt.


El "irreverente" Villeneuve había corrido en la Fórmula Atlantic de su país y a fines del `76 les "mojó" la oreja a pilotos como Hunt, Alan Jones y Vittorio Brambilla, quienes habían sido invitados para una prueba de la categoría.


Allí impactó a Hunt, que lo recomendó a McLaren, y en el Gran Premio británico de 1977 se produjo el debut de Villeneuve, quién fiel a su estilo anduvo revoleando la cola e incluso fue más rápido que su ídolo, el sueco Ronnie Peterson, quién se mató en Monza al año siguiente.


Pero no le fue bien en McLaren y el genial Enzo Ferrari vio en Villeneuve al piloto ideal para reemplazar a Niki Lauda. Así, el canadiense fue fugazmente compañero del argentino Carlos Reutemann en Ferrari.


Debutó en Canadá en el equipo italiano y a la carrera siguiente, en Japón, chocó con el Tyrrell de Ronnie Peterson, salió de pista y atropelló a dos espectadores que murieron tras el impacto, pero ya le había sensibilizado el corazón al duro "Enzo" Ferrari con su estilo aguerrido y sin límites.


"Enzo no entendía lo que se le había venido encima" comentó Reutemann, pero aún así Villeneuve ya se perfilaba como uno de los pilotos más importantes de la categoría y se había ganado el respeto de sus colegas por su talento y coraje.


En 1979 le "ayudó" a conquistar el título al sudafricano Jody Scheckter y la escudería le prometió que al año siguiente lo iba a respaldar en la pelea por la corona pero Villeneuve sumó muchos abandonos.


En el `81 el motor turbo de Ferrari le permitía a Villeneuve soñar con el título, pero llegó al equipo el francés Didier Pironi, con quién el canadiense había tenido varios roces, ganó en Mónaco y España pero no pudo pelear por la corona.


A comienzos de 1982, en los ensayos de pretemporada, Gilles había hecho el récord del circuito de Fiorano, pista de prueba de Ferrari, pero su relación con Pironi no mejoró pese a una reunión que hizo el equipo. En la misma, el canadiense ingresó y saludó únicamente a Enzo Ferrari.


La fatídica tarde de la clasificación en el circuito de Zolder, Bélgica, el 8 de mayo de 1982, terminó con la vida de Villeneuve, quien en su afán de superar los tiempos de Pironi, chocó a Jochen Mass y salió despedido de su Ferrari, que se partió en dos, y murió horas más tarde.


"Lo echaré mucho de menos" dijo Scheckter en el funeral de Villeneuve, acotó que Gilles ha sido el piloto más "rápido" que jamás "hayamos conocido", que el canadiense fue su gran "amigo" y que no se había ido del todo porque el "recuerdo permanecerá siempre en nosotros".


Villeneuve corrió 67 grandes premios de F-1 y ganó 6 competencias, dos pole position, siete récords de vuelta y largó ocho veces en primera fila, y en su juventud fue campeón en su país en moto-nieve, Fórmula Ford de Quebec y Fórmula Atlantic en 1976, al ganar nueve carreras sobre diez disputadas.


Su hijo Jacques pudo logar lo que su padre siempre buscó, el título en 1979 al comando de un Williams-Renault, con un estilo muy diferente al de su padre, pero sin duda que los genes de su progenitor fueron evidentes para ayudarlo a consagrarse en la máxima categoría.

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