noviembre 23, 2010

LO FESTEJAN COMO UN CAMPEONATO

UNA FECHA ESPECIAL


Para los rosarinos y especialmente para los de CENTRAL hoy es una fecha especial se rememora el famoso dia del abandono.-
Asi lo recordo en su momento el diario LA CAPITAL DE ROSARIO


Cronica del diario La Capital


El día que Newell's decidió entregarse antes del final


- 23.11.1997


El cuerpo técnico decidió que Herrera se tirara al piso para que Ruscio diera por terminado el partido por inferioridad numérica. Newell's estaba por sacar del medio después de sufrir el cuarto gol (un bombazo casi a ras del piso de Petaco Carbonari) y Mario Zanabria, al borde del campo de juego, llamó al médico Ignacio Astore, a quien le dijo algo al oído.


Fue el principio del fin, la idea de terminar el partido antes de tiempo ya formaba parte de las intenciones del cuerpo técnico. París allanó el camino dos minutos después cuando se fue expulsado por pisar a Gerbaudo, sesenta segundos más tarde el entrenador rojinegro hizo los dos cambios que le quedaban. Sacó a Franco y Muller y metió a Albornoz y a Fernando Crosa (hermano menor de Diego).


Solo faltaba que Ruscio expulsara a otro jugador, o que simplemente alguno se lesionara. A los 64' hubo un tiro de esquina para Newell's y Sergio Goycochea se acercó al banco de suplentes para dialogar con Zanabria: la decisión estaba tomada, ya se había elegido la víctima. 


Del rechazo del córner vino un contraataque canalla que no llevó peligro. Apenas terminada la jugada el uruguayo José Herrera apoyó sus manos sobre las rodillas y después se sentó en el piso. Inmediatamente ingresó Astore al campo de juego, miró de reojo a Herrera, se puso en cuclillas para atenderlo, miró hacia el banco y pidió la camilla. A la obra, triste por cierto, le faltaba el toque final. Roberto Ruscio recibió el mensaje, lo entendió, lo decodificó y señaló la mitad del campo de juego.


La derrota no sólo abochornó a los rojinegros por la contundencia, también los desestabilizó de tal manera que los dejó sin la cuota de vergüenza deportiva necesaria como para afrontar el momento con la mayor dignidad posible.


Al fin y al cabo, lo único que se le podía exigir a Newell's después de ser superado abrumadoramente por las contingencias del juego era que entregara el partido con la frente lo más alta posible. Pero ni eso se pudo rescatar. 


Cierto es que la mayor responsabilidad recaerá sobre el cuerpo técnico que tomó la decisión, pero la historia los involucrará a todos cuando se recuerde el día que Newell's perdió por abandono en el Gigante.

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