diciembre 01, 2011

FALLECIÓ PANCHO CALDIERO

A LOS 57 AÑOS VICTIMA DE UN PARO CARDIACO


Por Gabriel “Colo” López
De la redacción de diariohoy.net




Alguna cabina deberá llevar su nombre, de La Bombonera quizás, o tal vez en General Roca donde hizo sus primeros relatos cuando lo cobijó la Liga del Alto Valle tras venirse de su pueblo Guanaco, en Pehuajó. Por qué no en una de Mendoza o en las de Rosario, otras dos plazas del interior donde trabajó con el micrófono y la pasión del fútbol, conociendo -en la provincia del buen vino- a su mujer Aída.


Héctor Francisco Caldiero, el que inmortalizó el “gol de tu Boca, de mi Boca, de Boquitaaa”, con una voz popular que contagió a "La 12" durante casi tres décadas en distintas emisoras, falleció hoy en Capital Federal.


Además de la profesión que lo codeó con los más grandes comentaristas, “Pancho” Caldiero sumó a fines de los ochenta un estilo de vida espiritual, como mensajero de Dios, dando el testimonio de la grandeza de Jesucristo a través de la prédica en distintas iglesias evangélicas.


“Es un milagro que cada día estemos vivos”, fue la última frase que recuerdo haber sentido en un diálogo personal, hace tres meses, previo a que Caldiero dicte un curso para futuros relatores deportivos.


Caldiero se encontraba estaba en Radio América, haciendo la campaña “A Boca de Selección”, con la campaña de los boquenses y del seleccionado nacional.


En estos días el Xeneize y Caldierito se preparaban para gritar fuerte otra vuelta olímpica. Y su cabina, ubicada en la segunda bandeja detrás del lateral del túnel, tendrá el domingo un raro espacio, mientras la mitad más uno esté gritando y en esos gritos no esté él.


"¿Te entregaste a Jesús?" me dijo en una nota que hicimos en la iglesia El Buen Samaritano, aquí en nuestra ciudad, un domingo sin fútbol. "No completamente", le respondí. "La diferencia entre entregarse y no hacerlo, es que si vos aceptás a Jesucristo en tu corazón, cuando mueras ya sabés con quien vas a ir".


Desde algún sector –sin credencial, pero con la estirpe de un ángel alado- “Panchito” el domingo estará como si fuese la última de las coberturas. Pedirá, antes de que los brazos celestiales absorvan su alma benevolente, que lo dejen inmiscuirse en el último encuentro en la tierra.


Tras el Boca-Banfield, muchos oyentes apagarán la radio por un largo tiempo, quizás imaginando que Caldiero aún está, pero ya resignados ante la pérdida de un futbolero de ley, el que bautizó “Batigol” al gran goleador de Reconquista, el que debutó internacionalmente en aquella final de 1986 de River y Steaua de Bucarest, en Tokio, cuando los “Millonarios” por Radio Mitre lo obligaban a gritar fuerte por los otros colores para todo el país. El que este año me permitió cumplir un sueño y estar a su lado en una transmisión suya.


Se apagó su magia radial, pero la vida de Caldiero no se apagó, seguirá dando su servicio desde alguna emisora celestial, a toda hora

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