diciembre 08, 2014

PARA LEER UNA COLUMNA SOBRE GIGLIOTTI

SE PUEDEN SACAR MIL CONCLUSIONES

Una muy buena columna del periodista DANIEL GABIN en el sitio GOAL que comparto con mis lectores sonbre los últimos dichos de Gigliotti:




¿Era necesario el guiño tribunero para el hincha? Era. El Puma guardó saliva después del penal errado y devolvió gentilezas. Todo sea para irse de vacaciones tranquilo.
El Puma sabe que es la ley de la selva y actuó en consecuencia. O mostrás las garras o te devoran; no hay tibios en la viña del señor. Vale analizar el contexto para entender el tribuneo de Gigliotti




¿Era necesario el guiño demagogo para el hincha de Boca tras la derrota contra Gimnasia? Era. La mayoría de los futbolistas se hacen los reacios con los medios pero los usan cuando los necesitan. El catedrático más ejemplificador es Riquelme y su lengua de plomo que cada tanto sale a pasearse por frecuencias afines.





Gigliotti llegó a Boca para que el duelo post-Palermo se sintiera menos, algo que ni Viatri ni Silva ni Blandi pudieron. Olfato, hambre, oportunismo, sacrificio, humildad y experiencia eran sus credenciales de presentación. 




En junio de 2013 fue una de las divas del mercado de invierno: goleador del torneo junto con Nacho Scocco (ambos con 11), tenía casi abrochado su pase a Pumas de México, pero terminó inclinándose por el Boca de Bianchi . El Virrey le dio continuidad y el ex-San Lorenzo, All Boys, Novara de Italia, Atlético Tucumán, Argentinos Juniors y Lamadrid, categoría ’87, primero le ganó la pulseada a Blandi y después relegó a Chávez y Calleri.   





Arruabarrena alternó y finalmente optó por la dupla Calleri-Chávez como primera opción;  el Puma fue una pieza de recambio. Desde su llegada, fueron 21 gritos en 53 partidos (no siempre de titular), totalizando un promedio de un gol cada 72 minutos.  





El 6-10-13 metió el gol más importante desde que llegó a Boca procedente de Colón. Esos que prolongan la vida de cualquier jugador en un club. Desborde del Burrito Martínez, anticipo de Gigliotti y 1-0 a River en el Monumental. “Gigliotti juega poco pero cumple siempre y hace goles importantes” , se instaló. Seis partidos Boca ganó gracias a él .





Salvo por su exabrupto (“mentiría si no digo que estoy caliente por estar afuera”), se bancó ser suplente e intentó recuperar terreno revalidando aquella idea de “los goles importantes”. 




No es políticamente correcto apretar el puño públicamente cuando se lesiona un compañero, pero los problemas físicos de Chávez le dieron la chance de ser titular contra River en el partido más importante de los últimos dos años y medio.  





El penal fallado el 27-11-14 y las chances desaprovechadas (al margen del gol mal anulado por offside) pudieron haber sido su acta de defunción pese a que tiene contrato hasta 2016. Gigliotti guardó saliva y evitó a la prensa una semana. El pasacalle de dudosa procedencia no propagó el antigigliottismo .




  “No hice nada malo, sólo erré un penal. En junio me ofrecieron irme al exterior y dije que no. Soy hincha de Boca y quiero quedarme para la Libertadores” , movió el aprendiz de ajedrecista. Agradeció llamados de colegas y contó con el apoyo de  JRR , maestro de Kárpov y Kaspárov, detalle no menor a la hora de motivar plebiscitos populares en Bomboneras heridas.




            
En una reivindicación de aguante pese a las adversidades en su afán de diferenciarse de River luego de la eliminación, el hincha de Boca llenó  la Bombonera y ovacionó a Gigliotti, de opaca tarea en el 0-2 con el Lobo . Así fue que  el Puma entendió que para irse de vacaciones más tranquilo y no ser cedido tenía que devolver gentilezas. ¿Era necesario?  Ahí lo ven a Gigliotti, pregonando el darwinismo social en la selva xeneize

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