EL SITIO MUNDOD.LAVOZ.COM.AR publico en su sitio un articulo relacionado a lo que fue en su momento una restructuracion del FUTBOL ARGENTINO cuyo proyecto nunca vio la luz.-
Aquí transcribimos el texto para los lectores de este blog
Fue el momento de inflexión, la oportunidad única, el instante shakesperiano de "ser o no ser". A fines de 1978, el fútbol argentino parecía encaminarse definitivamente hacia la federalización después de transitar durante décadas por senderos diferentes.
Después de su consagración como campeón mundial con una selección conformada por buena cantidad de jugadores del interior, un grupo de dirigentes de toda la geografía nacional se disponía a reestructurar en serio el fútbol de AFA y darle de una vez el auténtico tamiz federal.
Por primera vez se ponía en discusión la "argentinidad" del fútbol, un privilegio que se autoatribuyeron los clubes de Buenos Aires desde el momento mismo en que un grupo de ingleses fundó la Argentine Association Football League (1893).
Era, si se quiere, el momento de refundar el fútbol nacional, un "repartir y dar de nuevo" para terminar con la arcaica estructura centralista.
"Si los políticos y los economistas no han solucionado el problema de la concentración en el Gran Buenos Aires, es lógico que nosotros choquemos contra las mismas dificultades", analizaba en diciembre de 1978 el dirigente Valentín Suárez, quien al margen de sus cuestionables vaivenes políticos (fue colaborador de Evita y luego interventor de la AFA por designación del dictador Juan Carlos Onganía), miraba más allá de la General Paz.
En 1967 él había impulsado la idea de dividir el calendario de AFA en dos torneos: el Metropolitano (reservado a los clubes de Buenos Aires) y el Nacional (más corto y abierto a entidades del interior).
Otro país
La discusión tenía un eje clave: Buenos Aires no podía seguir hegemonizando la representación del fútbol argentino. Y el abanderado del reclamo fue Amadeo Nucetelli, presidente de Talleres, quien sostenía que su club había ganado el derecho de jugar la Copa Libertadores '78 por ser subcampeón Nacional, amparándose en el reglamento del torneo continental, que establecía que las plazas eran para los dos mejores de cada país.
La AFA, con su criterio centralista, asignaba una para el campeón del Metro (donde el interior estaba proscripto) y otra para el ganador del Nacional.
"Tuve la gran oportunidad de hacer el gran escándalo si me hubiera presentado en el Congreso de la Confederación Sudamericana, que se llevó a cabo antes del Mundial, con reglamentos y estatutos en mano argumentando que a la Copa debían ir Talleres e Independiente y no River. Pero no sentí que la Liga Cordobesa y Consejo Federal hayan salido en defensa de nuestro intereses", declaró Nucetelli a la revista Goles del 24 de octubre de 1978.
Los clubes de tierra adentro querían integrarse. Y sin mayor cabida en AFA, en enero de 1977 se nuclearon en Salta para dar forma a una entidad de efímera existencia: La Liga del Interior.
Batalla perdida
Con declaración en mano -amagaban con boicotear el Nacional- y un proyecto de Valentín Suárez con un único torneo de 18 equipos (6 de Buenos Aires y 12 del interior), la iniciativa encontró en Buenos Aires la intransigencia del presidente de AFA, Alfredo Cantilo, quien transitaba los últimos meses de su gestión y derivó el "hierro caliente" a su sucesor: Julio Grondona, principal defensor del centralismo capitalino.
Cuando en mayo de 1979 "el Jefe" fue ungido como presidente de la AFA, el interior perdió la batalla y la idea de federalización se fue al cajón. Sí prosperó, en cambio, lo del campeonato único. Pero al revés de lo pretendido: se abolió el Nacional y sólo quedó en pie el Metropolitano con el pomposo mote de Campeonato de Primera División. La "apertura" al interior sólo se dio en el ascenso, desde donde debían buscar un lugar en la fiesta grande del "fútbol argentino". La lápida al federalismo estaba puesta.
El proyecto cajoneado
El torneo de Don Valentín. En diciembre de 1978, Valentín Suárez, ex presidente de Banfield, presentó en la AFA, por entonces presidida por Alfredo Cantilo, un proyecto que contemplaba un Nacional de 18 equipos, con 12 equipos del interior y 6 del antiguo Metropolitano.
¿Cómo era la idea? Dividir el país en 6 zonas regionales de 12 equipos cada una, que clasificarían a 2 de ellos por grupo para conformar 12 equipos en total. A ellos se sumarían 6 de Buenos Aires (los primeros del ex Metropolitano) para un torneo nacional. La temporada se dividía también en dos etapas claras: una regional de clasificación y la otra, la del Torneo Nacional propiamente dicho. "Las distancias ya no son excusas. Hoy llegamos más rápido a Mendoza que a La Plata", decía en 1978.
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