junio 15, 2014

UNA MUY BUENA COLUMNA

MARAVILLA MARTINEZ EL TEMA DEL DIA 

GUSTAVO NIGRELLI escribio en REVISTA RING DE IDEAS una columna sobre MARAVILLA MARTINEZ que aqui quiero compartir con mis lectores:


En dos años, muchas cosas sucedieron en torno a Maravilla Martínez que degradaron su actualidad, y que solo él las sabe. Otras, ni siquiera él. Pero hubo –y hay- signos que lo insinuaron, y que, enceguecidos con el personaje, no pudimos, o no quisimos ver.



Que Cotto no crea que le ganó a Maravilla Martínez.
Maravilla Martínez, es otro.




Maravilla era el que le ganó a Kelly Pavlik, el que noqueó a Paul Williams, incluso el que perdió con él en el primer duelo, en fallo injusto.




Éste no lo es. Es su metamorfosis. Ésa que sufren los campeones mundiales cuando pasan determinadas fronteras.




Curiosamente, fue el que más conoció la gente, la que lo juzgaba alto antes, y la que lo juzga bajo ahora. La que lo prejuzgó siempre sin conocerlo, emitiendo una opinión impugnada desde el vamos.



Es que desde la pelea de JC Chávez Jr, más precisamente, desde aquel round 12 hasta acá –quizás un poco antes- Martínez cambió, y no sólo boxísticamente. La observación abarca todos los terrenos.




¿Qué pasó en su físico? ¿Qué pasó en su núcleo cercano y en su personalidad desde entonces, que no conocemos? ¿Qué cosas se desalinearon para decantar tan estrepitosamente en este presente, desde aquel cenit?




Sí; su rodilla. Sí; su mano. –el tobillo mágicamente se dejó de mencionar, y eso que ameritó una foto con vendaje tipo bota, simil Pantera Rosa-. ¿Y su físico? ¿Y su rostro?



Quien mire detenidamente las fotos o el video de su cuerpo en la pelea ante JC Chávez – brioso, marcado hasta el músculo más fino de su anatomía- y lo compare con el actual, verá que -pese a estar trabajado- éste parece envejecido, opaco, pálido, con vestigios de la ley de la gravedad que hasta hace poco no parecía actuar sobre él.

Los músculos están en su lugar, pero la piel denuncia una incipiente flacidez, una evolución demasiado abrupta. ¿Por qué?



¿Y su cara? Observen la famosa nota con Alejandro Fantino de hace un par de años, cuyos rasgos eran agudos, filosos, secos, y compárenla con la de las últimas notas, de rostro sutilmente hinchado, redondeado, como inflamado.

Es y no es el mismo.



¿Por qué subió esta vez con rodilleras y en Vélez no, cuando teóricamente –según su propia confesión- en aquella estaba mucho peor que ahora? Dijo haber mentido u ocultado la información el año pasado para proteger la pelea. ¿Y ahora?




¿Por qué ante Murray –en que estaba en teoría peor- no se filtró ninguna data, y ante Cotto sí, ya sea por redes sociales, comentarios de terceros, o por señales de humo? ¿Quién de su equipo o su círculo íntimo no le fue tan fiel como otrora? ¿O quiso él que trascienda parte de sus problemas por alguna razón?




La gente se queja de que haya peleado estando tan mal de su pierna, y lo considera una estafa. Pero había más de 3 millones de razones que lo justificaban, y todo el derecho del mundo a ejercer su profesión. ¿Pero él conocía su actualidad, o la descubrió sobre el ring?



¿Y su fisioterapeuta Raquel Bordons, que lo apuntala desde atrás a cada movimiento, acomodándole los músculos, huesos y tendones, lo sabía? Él la llama “doctora”, pero cabe aclarar que un fisioterapeuta -que es una rama de la kinesiología-, no lo es, aunque alguien lo considere así, e insista en colgarle algún cartel.




¿Conoce alguien la interna actual entre los hermanos Gabriel y Pablo Sarmiento, sus DT? ¿Se sabe lo que piensan el uno del otro, realmente? (Hay algo más que un resentimiento, rencor, u odio interno que parece irreconciliable y algún rastro escrito, que obra en nuestro poder, lo reafirma).



Dicen que Gabriel –aún preso en España- se ofuscó porque en USA su hermano le cambió todo el plan de entrenamiento. ¿Será así?




¿Sabe alguien que un par de semanas antes Pablo Sarmiento se casó en secreto en USA? No trascendió, y también tiene total derecho y libertad de hacerlo, pero no parecía el momento a tan poco de una de las grandes peleas de su pupilo. No es posible imaginar a Sabella –aunque fuera más joven- casándose un mes antes del Mundial.



¿Alguien vio guantear a Maravilla con algún sparring, aunque sea una vez? De ser así, por qué no lo subió a internet, como hace con otras partes de su entrenamiento?
Tampoco trascendió mucho -a juzgar por cómo reproduce todo cuanto acontece a su alrededor y quiere que se sepa-, el tratamiento de células madre que se hizo el año pasado tras Murray, algo rayano con lo prohibido según cada legislación, y depende del tratamiento.




Los hay de células madre adultas y embrionarias, y éstas últimas son las que éticamente están en discusión por ser sacadas de fetos, aunque se permite si son de abortos naturales (¿Cómo comprobarlo?). 



¿Cuál de los dos se habrá hecho él?
El ex delantero de Boca Héctor Bracamonte, confesó hace poco que se hizo dicho tratamiento para su lesión en el tendón de Aquiles y estuvo tiritando durante 3 días, con fiebre. Finalmente el tendón se le cortó, aunque ignora si fue producto de esto o no. ¿Pero qué resultado le dio a Maravilla?



Él mismo confesó que el año pasado se le infectó la herida y estuvo varios días con fiebre, caminando en muletas más de un mes. ¿Tendrá alguna relación?

¿Por qué subió con rodilleras? ¿Entrenó con ellas para saber cómo se sentía? ¿No advirtió que estas por un lado sostienen, pero por otro aprietan e impiden la flexión, dejándole demasiado rígida la articulación?



Para muchos su bajón tiene que ver con su avanzada edad, y lo dicen como reprochando hacia un sistema injusto. Pero no olvidar que fue el camino que él eligió, individual y sin el respaldo de promotores -de lo que siempre se jactó-. Y si bien le rindió sus frutos en lo económico, así también demoró en llegar.




Lo cierto es que hoy Maravilla trocó en esto. Y ganara o perdiera, estas observaciones cabrían sin estar propiciadas por el mal momento, aunque su derrota parece potenciar el dramatismo. En otros tiempos mejores nada impidió alguna crítica al respecto, tampoco lo hará ahora, en que su presente facilita el trámite, y pese a que –aprovechando su caída-, permita que cualquiera le pegue.

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