marzo 13, 2015

VUELVE UN CLASICO CON MUCHA HISTORIA

SAN LORENZO VS HURCAN SE ENFRENTAN EL DOMINGO

SAN LORENZO Y HURACAN volverán a verse las caras este domingo desde las 18.15 siendo uno de los cásicos más importantes del fútbol argentino y del barrio porteño.




Aqui el informe de ALBERTO DEAN extraido de la página oficial de AFA:


La esquina de Caseros y Avenida La Plata tiene el privilegio de desdoblarse. A veces un remanso, en otras ocasiones un Ciclón o un Huracán. Divide las aguas de una pasión futbolera que tiene a San Lorenzo y a Huracán como representantes de un barrio que extraña esos domingos febriles de goles y emociones. 






Se vuelven a encontrar Cuervos y Quemeros para alegría de una mayoría que sólo quiere apoderarse de una porción de la ciudad, al menos hasta el partido que viene.
Los números marcan claramente una supremacía de San Lorenzo. 






Durante la era profesional, jugaron 154 partidos, con 73 victorias del Ciclón, 41 para el Globo y 40 empates. San Lorenzo festejó 288 goles y Huracán, 200. El primer partido entre ambos, al igual que el último, fue favorable a los azulgranas por 3 a 0. Esto nada implica, tan sólo una cuestión numérica. En la cancha de San Lorenzo, el local buscará aumentar la diferencia y Huracán achicarla. Lógica pura.





 El fútbol tiene la virtud de generar clásicos mundiales, continentales, de ciudades, pero el clásico del barrio es distinto. Está a flor de piel y se goza o se sufre hasta el próximo partido. No hay revancha posible hasta el choque que viene. Y como son vecinos, amigos, familiares, novios, la necesidad de ganar se potencia.









Ambos fueron fundados en 1908. El cura Lorenzo Massa le dio vida a San Lorenzo el 1° de Abril y un grupo de jóvenes entusiastas creó un club que tiene como emblema al aviador Jorge Newbery. 






Cuna de jugadores extraordinarios que pudieron marcar credenciales al comienzo del profesionalismo. Baldonedo, Tucho Méndez, Di Stefano, Farro, Pontoni, Martino... Y más para acá Sanfilippo, goleador del clásico con 16 tantos, Albrecht, Telch, Houseman, Babington y Brindisi. Sin olvidar a algunos como Rendo, Veira y Facundo, que jugaron con las dos camisetas.







Justamente el pase de Alberto Rendo a San Lorenzo fue todo un tema. Hubo celeridad de los dirigentes y la rápida aceptación del jugador que tenía gran amistad con el Bambino Veira. Rendo dijo: “Huracán es mi novia de la juventud y San Lorenzo mi esposa para toda la vida”.






Otro personaje del barrio fue Oscar Ringo Bonavena. Gran boxeador, histriónico y fanático de Huracán, se entrenaba en el gimnasio que, por entonces, tenía San Lorenzo en Avenida La Plata. 





El sábado 9 de junio de 1965 se consagró campeón argentino de los pesados al derrotar a Gregorio Peralta. Al día siguiente, luego de la raviolada de su mamá Dominga, Bonavena partió al estadio Tomás Adolfo Ducó para celebrar su triunfo. Además, el rival era San Lorenzo. La fiesta no fue completa, ya que San Lorenzo, con un gol de Ignacio Santamaría, se quedó con la victoria.







Para los que peinan canas y conocieron el Gasómetro de Avenida La Plata resulta agradable recordar cómo llegaban a las canchas en una época que muy pocos poseían coche. El colectivo 65 tenía –tiene—una trayectoria que pasaba por la puerta de la cancha del Ciclón y a cinco cuadras de la cancha del Globo. También estaba el tranvía 73 que cubría el trayecto de Parque Patricios a Palermo. Arrancaba en la quema municipal, pasaba por Chiclana, luego Garay, más tarde Quintino Bocayuba y terminaba en el Rosedal. Un tiempo para llegar caminando a la cancha.






Entre finales de la década del ‘60 y comienzos del ‘70 ambos clubes tuvieron muy buenos equipos. En 1968, San Lorenzo fue el primer campeón invicto de nuestro fútbol, sin embargo Huracán lo tuvo contra las sogas, aunque no pudo noquearlo. 







En la última fecha de la primera rueda se enfrentaron en Huracán y el 0 a 0 no reflejaba el buen partido de ambos. Cuando el empate parecía sellado, hubo un avance de Huracán y el cabezazo del brasileño Araquem dejó sin chance a Buttice. En medio de la alegría quemera, apareció el árbitro Luis Pestarino revoleando su silbato y anulando el gol. Un simpatizante falleció de un infarto. Y el 0 a 0 quedó grabado a fuego. 






Un dato a conocer es que el árbitro vivía a una cuadra de Caseros y Avenida La Plata. San Lorenzo seguía con racha de imbatibilidad y recibía a Huracán en la última fecha. Todo estaba para el Globo, que ganaba 2 a 0 y tenía un jugador de más. El Ciclón alcanzó la igualdad y casi gana. Después venció a River y a Estudiantes y fue el primer campeón invicto.





1972 fue un año bárbaro para San Lorenzo, que salió bicampeón. En el primer torneo ganó de punta a punta. A cuatro fechas del final, jugaba el adelantado del viernes frente a Atlanta y ganando se coronaba, caso contrario había que esperar. En la mitad del primer tiempo hubo gol de Telch y la fiesta era total. A un par de minutos del final, Ibáñez puso el impensado empate. El domingo igualaron River y Racing y San Lorenzo gritó campeón. Tenía que salir a la cancha de Huracán con vuelta olímpica. Nunca la cabecera visitante estuvo tan llena. Pero Huracán se llevó por delante al campeón con un 3-0 indiscutible.






En 1973 Huracán buscaba su primer título profesional y tenía con qué lograrlo. Ganó claramente, aunque el día de la consagración perdió con Gimnasia La Plata. Los hinchas del Globo igual festejaron dentro del campo de juego, pero no pudieron cumplir con el rito de la vuelta olímpica. Sería frente a San Lorenzo en el Gasómetro. El presidente del club y algunos hinchas no querían saber nada y Osvaldo Avelino Valiño resolvió que había que sembrar la cancha. Huracán dio la vuelta en el estadio de Vélez y San Lorenzo ganó 1 a 0 con gol de Sergio Villar.







Allá por el año 1991, San Lorenzo jugó varios partidos de local en Ferro. A mitad del campeonato, cuando era uno de los protagonistas, fue derrotado 1 a 0 por Huracán, con un gol marcado por Héctor Herrero. Ese tropiezo hizo que la Comisión Directiva de San Lorenzo echara al técnico Néstor Rezza. Y como queda claro, el clásico de barrio nunca es un partido más...

No hay comentarios:

Publicar un comentario