SOBRE EL MUNDIAL DE LA PATAGONIA
EZEQUIEL FERNANDEZ MOORES escribio en A CANCHA LLENA este
artìculo sobre el MUNDIAL QUE NO FUE .-
Aquí lo transcribo textualmente para todos mis lectores :
Los primeros registros -contó una vez el Gordo Soriano- fueron
a través de las memorias que escribió su tío Casimiro. Casimiro fue juez de
línea de William Brett Cassidy. Hijo del pistolero Butch
Cassidy, William Brett era estudiante de filosofía, lector de Hegel y
Spinoza, desertor del Ejército argentino y prófugo de la Justicia.
Y propusieron jugar el torneo que nadie quería hacer,
porque el mundo estaba otra vez en guerra. Se trata de "un Mundial que la FIFA todavía se niega a
reconocer", según dicen, textual, crónicas publicadas la semana pasada por
numerosos medios, tras la exhibición de un documental en el Festival de Cine de
Venecia. Su título es El Mundial olvidado.
Para ellos, obreros antifascistas, esos Mundiales eran victorias de Mussolini. También vivían en la zona ingleses que alargaban el ferrocarril, curas y obreros polacos, intelectuales franceses, almaceneros españoles, guaraníes que podían representar a Paraguay, argentinos que avanzaban hacia Tierra del Fuego y mapuches. Una noche de juerga en un prostíbulo de Zapala bastó para quebrar la oposición italiana.
El Mundial se convirtió en un hecho. Una compensación menor para una Argentina que, según registros oficiales, había pedido a
En 1942 el mundo seguía en guerra. En
La historia fascinó a Lorenzo Garzella y Filippo Macelloni. Los cineastas italianos, que hicieron documentales sobre Diego Maradona, Roberto Baggio y otros grandes cracks para
Su film, una investigación liderada por el periodista y sociólogo Sergio Levinsky, incluye entrevistas con João Havelange, Víctor Hugo Morales y Osvaldo Bayer, entre otros. "El mito está conectado con el misterio", les dice Jorge Valdano.
Hallaron el esqueleto de Guillermo Sandrini, abrazado a su cámara de
La increíble historia de
El film cuenta que fue vista en
"El Mundial nunca fue reconocido oficialmente por
Lo publicaron al día siguiente diarios de México, Perú, España y también de
No lo hizo porque el Mundial de 1942 es un formidable delirio del Gordo Soriano en el cuento El hijo de Buth Cassidy. Garzella-Macelloni lo llevaron al cine a través de un falso documental ("mockumentary"). El resto corrió a cargo de algunos periodistas distraídos. Donde quiera que ande, el Gordo Soriano, que murió en 1997, está a pura carcajada.
"Queríamos que la leyenda, la
memoria y la fantasía se confundieran, que cada uno trazara sus propios
límites, que experimentaran con la percepción", me cuenta Garzella desde
Italia. Garzella, hincha de Inter, admira al Gordo Soriano, igual que los
integrantes de la selección de escritores italianos, que forman desde 2001 el
"Osvaldo Soriano Football Club". "El hijo de Buth Cassidy"
de Soriano siguió su itinerario dirigiendo en la altura de La Paz y en la Amazonia.
Y esto
es un dato interesante, y preocupante, para reflexionar." Colegas de
medios que publicaron como cierta la noticia siguen sorprendidos cuando les
relato la historia. "Moderen las carcajadas", pide uno, el primero
que avisó del papelón. "Sí, leí diarios mexicanos que se tragaron la
historia como real. Un amigo holandés me preguntó, y yo le dije que no sabía
bien", me dice Levinsky, actor improvisado, y que todavía se recuerda
remando nervioso en un bote de goma en la Carhué inundada, porque se hacía de noche.
El
film, me confiesa Garzella, sufrió numerosas amenazas de cancelación por falta
de fondos. La última escena, que fue girada gracias al último dinero personal
que les quedaba en el cajero, casi termina en desgracia cuando el caballo
enfureció y arrojó al piso al actor, que en realidad era un asistente de la
dirección. Bien de Soriano.
Todavía recuerdo el día en que Eduardo Galeano vino
a casa buscando precisiones para su hermoso libro El fútbol a sol y sombra.
Tuve que aclararle que no era cierto que José Sanfilippo había sido el máximo
goleador en la historia del fútbol argentino, que sólo un fana de San Lorenzo
podía engañarlo así. "¿Quién te dijo eso?", le pregunté. Y me
respondió riendo: "El hijo de puta del Gordo Soriano"..
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