LAS 4 VECES QUE RIVER FUE FINALISTA EN LA COPA LIBERTADORES
Este es el informe del sitio “EL GRAFICO DIARIO” sobre las 4
finales que disputo RIVER PLATE en COPA LIBERTADORES:
River Plate disputará su quinta final de Copa Libertadores.
Las cuatro primeras fueron una por década, siempre en los años terminados en 6,
y después de dos fracasos hilvanó sus dos únicos títulos continentales. Ahora
debieron pasar 19 años para que el Millonario regresara al partido decisivo del
torneo. Irá ante Tigres de México por su tercera corona. Este es el detalle de
las cuatro experiencias anteriores.
COPA DE 1966 NACE EL MOTE DE “GALLINAS”
Después
de una excelente Copa Libertadores, en la que ganó sus grupos en primera y
segunda, el River de Renato Cesarini pasaba un rival tras otro sin sufrir por
demás. Ganaba, goleaba, gustaba. Seguía camino. Solo Boca le había ganado hasta
que Peñarol, en la final, le robó la alegría.
En el partido de ida de la final, ante más de 60.000
personas que colmaron el estadio Centenario, los gritos de Daniel Onega no
llegaron, así como las tapadas de Amadeo Carrizo no alcanzaron. El elenco
uruguayo se quedó con el primer chico por 2-0. La
revancha se jugó en el Monumental, ahí sí el Millonario se impuso. Con
apenas dos retoques en el mediocampo (Jorge Solari y Ermindo Onega ingresaron
por Daniel Bayo y Miguel Loayza), el equipo de Cesarini ganó un partido
peleado. Fue 3-2 con tantos de Onega en dos oportunidades y Sarnari, tras estar
dos veces en desventaja.
Tras la derrota, el histórico presidente de River, Antonio Liberti, le apuntó por la caída al técnico y el arquero, con declaraciones de una crudeza que hoy día resultan difíciles de imaginar por parte de un dirigente.
COPA LIBERTADORES DEL 76: OTRA NUEVA DESILUSION
River y
Estudiantes fueron
los representantes argentinos en la 17ma. edición de la Libertadores, y les
tocó compartir el Grupo 1 de la Primera Fase, que ganó el Millonario con
10 puntos –cinco victorias, una derrota-. En la siguiente instancia, otra vez
los dirigidos por Ángel Labruna se toparon con un rival argentino: al igual que
diez años atrás, Independiente, que como en 1966, ingresó en la segunda ronda
por haber ganado el torneo inmediato anterior.
Nuevamente
se impuso el cuadro de Núñez, con dos victorias, un empate y una derrota,
aunque igualó en el primer puesto con el Rojo. Hubo desempate con
victoria por 1-0 para el Millonario, y pasaporte a la final, instancia
en la cual Cruzeiro esperaba a Comelles, Pachorra Sabella, Ártico,
Merlo, Beto Alonso, Pedro González, Luque y Más.
De nuevo,
como hacía una década, la definición se estiró hasta el tercer partido. Después
de la goleada brasileña en Belo Horizonte por 4-1 y el 2-1 de la vuelta en
Argentina, Chile se vistió de gala para conocer al nuevo campeón. La armada
blanca con la franja roja cruzada al pecho se repuso al 0-2 inicial, empatando
el partido con tantos de Pinino Más y Urquiza, ofreciendo un final
dramático.
El
marcador se mantuvo igualado hasta pocos minutos antes del final. Iban 43 del
segundo tiempo cuando Joaozhino sorprendió al ejecutar un tiro libre que
Landaburu no supo contener. Gol y escándalo. En pleno festejo Lonardi le
pegó al masajista de Cruzeiro, quien no se quedó de brazos cruzados, por lo
cual se desató una gresca total. Tras un buen rato con el juego demorado,
el árbitro reanudó el partido no sin antes expulsar a uno por bando (Norberto
Alonso y Ronaldo), y adicionar nueve minutos para alimentar la ilusión
rojiblanca de un milagro que finalmente no llegó. Después, el título local
obtenido el año anterior tras 18 años de sequía, el mundo riverplatense pensaba
que podía darse el sueño americano. Apostaron cuanto tuvieron a ganar su
primera Copa Libertadores pero fallaron.
COPA DE
1986: “LA PRIMERA ALEGRIA”
La mano ganadora del Bambino Veira le dio al equipo ese
plus necesario para triunfar. Armó un bloque defensivo sólido, al que le sumó
un ataque furioso: Búfalo Funes,
Alzamendi y Centurión; potentes y goleadores. Su combo le permitió ganar cada
vez que lo mereció, sólo perdió en una oportunidad a lo largo del torneo. Pero
esto no fue todo.
El recorrido triunfal incluyó empate y victoria ante Boca en la fase inicial, donde compartieron zona junto a Wanderers y Peñarol; quedando River como líder de la zona con cinco partidos y apenas un empate. En la segunda parte de la competencia el Millonario quedó igualado en la cima con Argentinos, pero accedió a la definición por mayor diferencia de gol. Allí, en el último escollo camino al tan ansiado título, se topó con el América de Cali donde atajaba Julio Falcioni.
Ya en Colombia, en el estadio Pascual Guerrero, los
argentinos ganaron por 2-1 con tantos del Búfalo y el Beto. Aquél día el equipo
de Veira saltó al campo con Pumpido; Gordillo, Gutiérrez,
Ruggieri y Montenegro; Héctor Enrique, Tolo Gallego y Beto Alonso; Alzamendi, Funes
y Roque Alfaro; nombres repetidos en el desquite, en el
Vespucio Liberti. En su casa, River fue apoyado por una multitud como pocas
veces se vio en el Monumental, colmado por 80 mil almas, y se llenó de gloria
tras el gol de Funes, que le entregó la primera Copa Libertadores a sus
vitrinas.
COPA DE 1996: LA ULTIMA ALEGRIA
En los cuartos el elenco donde entre otros jugaban Orteguita, Crespo y Francescoli, mandó a casa a San Lorenzo, institución que nunca jamás había obtenido la Libertadores y soñaba con sumarla aquella oportunidad por vez primera. No pudo ser. River le ganó 2-1 de local, luego empató en el Gasómetro (1-1) y siguió camino al título.
La semifinal ante la U de Chile quedará en la memoria de propios y extraños. Los fanáticos riverplatenses la recordarán como paso previo a la gloria, mientras que para el resto será uno de los ‘robos del siglo’ argumentando que Mono Burgos golpeó con los puños a Valencia dentro del área cuando la llave se encontraba todavía igualada, acción ante la cual el árbitro Alfredo Rodas prefirió no cobrar penal. La historia podría haber sido otra, nunca se sabrá. La realidad marca dos cosas: el juez nunca más volvió a dirigir, y un joven Matías Almeyda terminó por convertir el tanto que posibilitó la clasificación al último partido.
Otra vez la Banda debió definir ante América de Cali. En el Pascual Guerrero, Ramón Díaz se mostró fiel a su estilo y repitió nombres. No cambió de esquema en pos del rival (donde ya había dos colombianos que se lucían y posteriormente terminarían ganando todo con Boca: Oscar Córdoba y Jorge Bermúdez). Saltó a la cancha con el 4-3-1-2 característico: Mono Burgos bajo los tres palos; Hernán Díaz, Rivarola, Ayala y Altamirano en la última línea; Almeyda, Astrada y Sorín en el mediocampo, por detrás de Burrito Ortega, encargado de la generación; y con Enzo Francescoli más Hernán Crespo como delanteros. Pese a las intenciones, la noche no salió redonda ya que River cayó 0-1. Desilusión, pero la llave quedaba abierta para la definición de local, tal como ocurrirá en este 2015.
Ya en casa, el riojano cambió de nombres. Marcelo Escudero y el yorugua Gabriel Cedrés ingresaron por Astrada y Sorín, pasando Almeyda al círculo central. Retoque que permitió cambiar la historia. Con ellos en cancha, River se impuso 2-0 con tantos de Hernán Jorge Crespo y sumó el segundo trofeo más esperado a sus vitrinas, las mismas que buscará decorar nuevamente dentro de quince días.
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