julio 25, 2019

COPA ARGENTINA DE FÚTBOL EN CUTRAL CO GESTIÓN JOSE RIOSECO

GISELA TRUCCO ARBITRO ASISTENTE 2 ESTE SÁBADO EN BELGRANO VS REAL PILAR

GISELLA TRUCCO sera ARBITRO ASISTENTE 2 este SÁBADO en CUTRAL CO en el PARTIDO BELGRANO DE CÓRDOBA VS REAL PILAR.




Estos son sus datos que debemos conocer:


 Gisela Trucco se convIRTIÓ  en la primera mujer en formar parte de una terna arbitral en PrimeraDivisión: lo hizo  como primer asistente de Fernando Rapallini en el partido que Defensa y Justicia jugará ante Olimpo de Bahía Blanca por la 7° fecha de la Superliga Argentina. (2017/18)



A Gisela le dicen La Gringa y su historia de tenacidad la transformó en uno de los personajes del año. Su presencia en Primera será un paso más en su larga carrera, la que ya sabe de momentos nunca antes vistos como el que protagonizó el martes 25 de octubre de 2016 cuando encabezó una terna arbitral íntegramente formada por mujeres en un partido entre Sarmiento de Chaco y Américo Tesorieri de La Rioja, por la última fecha de la segunda fase del Federal A. Sus asistentes fueron Gisela Bossio y Nadya Chiarotti.



Sus buenos desempeños le abrieron la puerta de la B Nacional, donde desde el pasado año ha formado parte de la mayoría de los sorteos arbitrales. Tanto significó para ella su ascenso a la segunda categoría del fútbol argentino que así lo dejó expreso en su muro de Facebook: "Como no sabía que era imposible… lo hice", escribió en una publicación del 25 de septiembre pasado un posteo que acompañó con una imagen suya en plena actividad arbitral, tomada de la pantalla de TV.



¿De dónde viene su pasión por el arbitraje?
De la cuna. Y esta no es, en el contexto de Gisela Trucco, simplemente una frase hecha. Es que La Gringa es hija de Luis, ex asistente internacional, hermana de Silvio, actual juez de fútbol con categoría internacional, y de Ángelo, quien comenzó a hacer su camino en el mundo del arbitraje.

Es oriunda de la ciudad de Rafaela, Santa Fe.
El lunes 30 de octubre del 2017 Gisela Trucco (29) hizo historia al ser la primera mujer en dirigir un partido de fútbol de primera división. El encuentro fue entre Defensa y Justicia y Olimpo de Bahía Blanca en el estadio Norberto Tomaghello de Florencio Varela y La Gringa fue parte de la terna de árbitros del encuentro.

Hija de Luis Trucco –ex juez de línea–, y hermana de Silvio –actual árbitro de Primera–, y de Angelo –juez en la Liga Rafaelina–. La Gringa –como la apodan en su ciudad Rafaela– lleva años corriendo los laterales de las canchas con el banderín en la mano. Primero lo hizo en las divisiones juveniles de su ciudad, de donde saltó a los campeonatos de Ascenso.

–¿Siempre quisiste dedicarte al arbitraje?
–Jamás. De chica hacía patín y atletismo. Cuando me preguntaban "¿qué querés ser de grande?", decía que quería competir en los Juegos Olímpicos, corriendo 110 metros con valla. Nunca quise ser árbitro de fútbol. Veía lo que sufrían mi viejo y mis hermanos y pensaba: "¡Qué feo estar ahí!".

–Y al final terminaste "ahí". ¿Cómo sucedió?
–Estaba cursando el profesorado de Educación Física y no me daban los tiempos para entrenar. Me iba mal… Bah, no sé si taan mal. Salía segunda o tercera en los saltos de valla y no me gustaba perder. Entonces, mi papá empezó a insistirme para que hiciera la carrera de árbitro. "Se necesitan mujeres en el fútbol", me decía. Cuando venían a dirigir a Rafaela, él me los presentaba y les decía: "Miren el físico que tiene. ¿No sería una gran árbitro?". Yo lo miraba mal: me ponía en una situación incómoda. Hasta que un día le dije: "Voy a probar, para darte el gusto". Después, me llevó un tiempo. No es que fui a la primera clase y dije "esto es lo mío"… Hoy le doy las gracias.

HISTORICO. "Amigos y amigas del fútbol, tengan ustedes muy buenas tardes", dice el locutor por el parlante, antes de leer las formaciones de los equipos. Minutos después, Gisela ingresa al campo de juego junto a sus compañeros, Fernando Rapallini y Ezequiel Brailovsky. Viste shorts negros, remera naranja flúo y lleva el cabello recogido con una trenza. Hay aplausos, pero también silbidos ("fiu, fiu") y algún que otro comentario machista, como "¡eh, rubia, sos más linda que tu hermano!". o "andá a lavar el arco"…

Unos día más tarde, Gisela explica: "Me acuerdo de ese momento, sobre todo cuando fui a controlar la red del arco y quedé de espaldas a la popular (…) Lamentablemente, estoy acostumbrada a los insultos y las burlas de los hinchas. Por suerte, esta vez no llegué a escuchar con claridad lo que me decían, porque el árbitro me hablaba por el intercomunicador y estaba más pendiente de sus palabras que de lo que me gritaban", cierra.

–En referencia a tu debut en la A, dijiste: "Ojalá esta chance sirva para que muchas más se incorporen al arbitraje". ¿Faltan mujeres en el ambiente o es que no llegan a Primera?

–En comparación con los hombres, estamos en una inferioridad numérica terrible (N. de la R.: De los 535 árbitros que hay en AFA, sólo 18 son mujeres). Antes no era una profesión tan común. Desde hace unos años hay muchas chicas iniciándose. Por ahí, el hecho de que me haya llegado esta oportunidad incentiva al resto. Muchas me decían: "Si vos llegaste, nosotras también podemos". Sin ir más lejos, el fin de semana que viene debuta una de mis compañeras, Mariana de Almeida. Las posibilidades están surgiendo y eso es súper positivo. Pero bueno… Llevó su tiempo.

–¿Qué significaría para vos que haya más mujeres en el arbitraje?
–Un éxito. De todas formas, veo que el camino está orientado a que formemos parte del plantel de Primera División, pero como asistentes. A lo mejor, más adelante, cuando hayamos ganado ese lugar, alguna debute como árbitro.

–Hoy hiciste historia. ¿Sos consciente de lo que representa?
–Estoy feliz, llena de orgullo. Este es el comienzo. Sé que muchas hubieran querido estar en mi lugar… y que algún día lo estarán. Tenemos derecho a ganarnos un puesto en Primera División. Mi sueño máximo es dirigir en un Mundial. Ah, ¡y un Superclásico!

Parte ahora de LA NOTA EN LA NACIÓN:
¿Cómo fue la infancia en Rafaela?
-La infancia fue la mejor etapa. Éramos muchos chicos en el barrio Villa del Parque. Nos juntábamos después de la escuela y jugábamos en la vereda. Cazábamos bichitos de luz, teníamos una chocita y hacíamos bolitas de barro. Rafaela siempre se caracterizó por ser una ciudad tranquila, aunque ahora está más complicada. Cuando era chica más de una vez iba al kiosco en bicicleta y me volvía caminando, y recién después de varias horas me acordaba de la bici. Cuando la iba a buscar estaba en el mismo lugar.

-¿Jugabas al fútbol?
-Los chicos del barrio jugaban al fútbol atrás de mi casa, donde había un descampado grande. Siempre me querían en su equipo porque era rebruta, lastimaba a todos. Creo que me querían en su equipo para no salir lastimados. A veces agarraba el silbato y me tocaba dirigir, y lo hacía, pero no era lo que más me gustaba. Ni dirigir ni jugar al fútbol. Jugaba porque no me quedaba otra, porque estaban todos los chicos del barrio y no me iba a quedar sin jugar.
-¿Cuándo te enganchaste con el deporte?
-Durante la primaria y los primeros años de la secundaria probé miles de actividades. Fui a patín, a baile, hice gimnasia deportiva, bailé salsa, de todo. Pero siempre me gustó el atletismo. En un centro de educación física que está cerca de mi casa (CEF N° 53) había un grupo de chicos que hacían atletismo y mi papá me invitó una tarde para que probara. Me gustó, me enganché y lo hice durante toda la secundaria. Cuando terminé la escuela empecé la carrera de educación física en Santa Fe y seguí con el atletismo, pero me empezó a ir mal. A mí siempre me gustó ganar. Fui campeona nacional, fui a un torneo sudamericano, estuve preseleccionada para un mundial en Marruecos, no me lo voy a olvidar jamás. Pero la verdad es que se me empezó a complicar. Perdía mucho, me costaba estudiar y entrenar al mismo tiempo. Ahí fue cuando dejé y empecé con el fútbol.
-¿Fue por mandato familiar?
-Mi papá hacía mucho tiempo que me insistía con el arbitraje, quería que probara a toda costa. Cuando venían árbitros a dirigir a Rafaela lo acompañaba a saludarlos y él siempre les decía: "¿Viste que tiene condiciones para dirigir?". "Se necesitan mujeres en el fútbol, ¿por qué no intentás?", me decía a mí, pero yo no quería saber nada. A veces hasta lo miraba mal porque ya era tanto lo que me insistía que me terminaba cansando. Hasta que un día acepté y probé. Me costó que me gustara el fútbol, me costó quererlo, fue un proceso largo. Pero hoy en día le agradezco a mi papá por haberme insistido tanto.
-¿Tenías miedo?
-Cuando hice el curso de arbitraje nunca hubo chicas, entonces yo tenía que dar el puntapié inicial en todo. Nunca tuve un apoyo de otras compañeras, nunca tuve un escudo en el cual aferrarme para abrir el camino. Lo tuve que abrir yo sola y eso me daba cierto miedo, sí. Es que era luchar contra todo. ¿Qué iban a decir los clubes? Era una locura, no había mujeres. Además me pesaba mucho el apellido, es la verdad. Siempre tuve que demostrar que estaba dentro de la cancha porque hacía las cosas bien. Creo que sucede en todos los ámbitos, hay que ganarse el terreno con el doble de trabajo. Había que romper barreras y agachar la cabeza. No te voy a negar que más de una vez me dije a mí misma: "¿Qué hago acá? ¿Por qué no fui repostera y me quedaba tranquila en mi casa?".
-¿Te hubiese gustado ser repostera?
-No sé, es una forma de decir, aunque es cierto que me gusta cocinar. Cuando nos juntamos con mi familia o con mis amigas los fines de semana me gusta ponerme a cocinar. Siempre y cuando tenga tiempo para que las cosas salgan bien, no sirve a las apuradas.
-¿Es una forma de desconectar?
- Sí, totalmente. Cuando me pongo muy loca también me gusta salir a correr escuchando música. Siempre me pongo algo movido como reggaeton, cuarteto o cumbia. No tengo un grupo favorito, prefiero un popurrí.

-¿Cuál es tu próximo sueño profesional?
-Mi mamá me dice que disfrute el momento, que pueda disfrutar del hoy. Porque a lo mejor después llega otra cosa y esto se pasa, ¿no? Por eso quiero disfrutar cada cosa en su debido tiempo. Hoy estoy realmente agradecida a la vida por las cosas que me dio, creo que son muchas más de las que me hubiese imaginado. No te voy a negar que me gustaría dirigir un Mundial, un Juego Olímpico, hacerme árbitro internacional. Pero hoy estoy feliz con esta oportunidad y quiero afianzarme en Primera División, tener continuidad. Después veremos qué viene.

Un trago dulce y suavecito

Por su trabajo, Gisela está obligada a mantener una vida sana y alejada de las bebidas espirituosas. Sin embargo, admite que si va a alguna fiesta no tiene ningún problema en darse el gusto con un daikiri. “Soy de las bebidas dulces, por eso me gusta tanto el daikiri”, explica. Los gustos frutales siempre a la cabeza, por supuesto, y “si lo tengo que preparar yo, me lo hago bien suavecito”, detalla.
Gisela Trucco en "LIVEFUTBOL":
ArgentinaSuperliga ArgentinaPartidos
2018/20196
2017/20185
11
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