enero 24, 2014

RUMBO A BRASIL 2014

LA HISTORIA DE LOS MUNDIALES DE FÙTBOL : ITALIA 1934, TERCERA PARTE


Seguimos compartiendo apostillas del MUNDIAL DE 1934 jugado en ITALIA, aquí la tercera parte.-

Las mismas han sido extraìdas del sitio TODOSLOSMUNDIALES.COM.AR





Para el partido final del torneo se presentaron para cubrir el evento 277 periodistas de 29 países distintos. Todo un hito para la época.



El segundo mundial de la historia fue el primero en transmitirse en su totalidad por radio




Los carteles del campeonato mostraban a un hombre haciendo el saludo fascista con una pelota a sus pies.



El estadio de Turín fue rebautizado y pasó a llamarse Stadio Mussolini



En el segundo mundial de la historia se emplearon, al igual que en el torneo anterior, esféricos de tiento, de color marrón oscuro, con gajos rectangulares y con costura exterior.



Se encontraba todo dispuesto para el inicio de la primera ronda del Mundial y la atención estaba centrada en el estadio Nacional Fascista, donde los dueños de casa recibían al débil seleccionado norteamericano.




El partido finalizó 7 a 1 a favor de los europeos, pero lo curioso del cotejo es que los ocho goles del partido fueron convertidos por futbolistas nacidos en Italia, y no porque el tanto de U.S.A. fuera en contra, sino porque el goleador yanqui ese partido fue Aldo Donelli, un inmigrante napolitano que residía en   Nueva York.



Otro suceso curioso fue que uno de los delanteros suizos, quien llegó a convertir dos goles, disputaba los partidos con un gran par de anteojos.




Por los cuartos de final se enfrentaron los seleccionados de Austria y Hungría, en un desleal cotejo, donde abundaron las patadas, el húngaro Imre Markos, se convirtió en el único expulsado del torneo.



El partido lo ganó el wunderteam y por semifinales debieron medirse con los dueños de casa.


 Italia no tuvo un acceso fácil al título del mundo, ya que contra España disputó el partido más fuerte de la historia de los mundiales, en el cual los locales apelaron a la violencia despiadada ante la permisividad del árbitro, incluso el empate italiano fue convertido por Ferrari, gracias a que Schavio le sujetaba las manos al arquero galaico.




El partido culminó empatado uno a uno, en el único empate registrado en el Mundial del ´34, pero como tuvieron que disputar un desempate al día siguiente, donde pudieron jugar sólo once de los veintidós titulares que habían salido a la cancha el día anterior, se dice que en realidad se jugaron doscientos diez minutos, con varios jugadores fuera de competencia por graves lesiones o por cansancio.





Cuentan las malas lenguas que se tuvo que jugar otro partido porque nadie sabía cómo definir un empate.




Sobre éste cotejo recordaba, piadoso, Jules Rimet años más tarde: "Fue un partido espectacular, dramático y jugado con una intensidad muy pocas veces vista".




España terminó con siete titulares menos, entre ellos su arquero, Ricardo "el divino" Zamora (con dos costillas fracturadas, producto de ser violentamente cargado durante el cotejo), Ciriaco, Fede, Lafuente, Iraragorri, Gorostiza y su goleador "el vasco" Isidoro Lángara, quién años más tarde jugara en el fútbol argentino, más precisamente en San Lorenzo de Almagro. Mientras que Italia, el vencedor, lo hizo con cuatro titulares menos.




Los locales vencieron uno a cero con gol de Giusseppe Meazza aprovechando que el argentino Demaría obstaculizaba al guardameta suplente Nogués, éste tanto mal cobrado fue uno de los tres errores graves que cometió el árbitro del partido, el suizo Mercet, ¿los otros dos?, anularle dos goles legítimos de España, convertidos por Regueiro y Quincoces. Por suerte luego del segundo partido los lesionados fueron menos, solo cuatro: Bosch, Chacho, Regueiro y Quincoces.




Debido al parcial arbitraje de Mercet, la Federación Suiza de Fútbol, descalificó a perpetuidad al juez. Incluso, tanto Mercet, que dirigió el desempate, como el belga Baert, que dirigió el primer encuentro, fueron expulsados de la F.I.F.A. por su lamentable desempeño.




Luego de éste partido el arquero español Zamora propuso retirar a los conjuntos españoles de toda competición internacional, moción ampliamente apoyada por un tirano llamado Franco de apellido.




Por el triunfo, los jugadores italianos, fueron premiados con 10 mil liras per cápita más 200 mil liras a repartir, las cuales fueron reunidas por una suscripción popular.





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