diciembre 21, 2019

LOS GRANDES MOMENTOS DEL DEPORTE

LOS ¿SABÍA UD QUE........? DEL 21 DE DICIEMBRE DEL 2019

Estos son LOS ¿SABIA UD QUE.....? del 21 de DICIEMBRE DEL 2019 



361- ¿Sabía Ud Qué.......? (Robert James Fischer; Chicago, 1943 - Reykjavík, 2008) Ajedrecista estadounidense que fue Campeón del Mundo de 1972 a 1975. A los seis años, Fischer ya sabía mover las piezas en el tablero. Al año siguiente ganó sin dificultad a todos los socios de su club de Brooklyn. En el colegio, los profesores quedaron asombrados al comprobar que su coeficiente intelectual superaba al de Einstein. También fueron ellos quienes, al obligarle a guardar el tablero bajo el pupitre, promovieron su capacidad para jugar partidas a ciegas. 




Tras obtener a los 14 años el título de Gran Maestro Internacional, por haber ganado el Campeonato de Estados Unidos, Fischer decidió dedicarse profesionalmente al ajedrez a partir de los 16. En 1958 compite por primera vez a nivel internacional. Además de un juego brillante, Fischer emplea tácticas psicológicas poco convencionales. Sus victorias se deben más a ataques sorpresa que a contraataques o a la acumulación de pequeñas ventajas. 




De 1958 a 1966 gana ocho veces el Campeonato de Estados Unidos y consigue que el público del país se interese por este deporte. Entre sus victorias destacan Mar de Plata (1960), Estocolmo (1962), Skopje (1967), Zagreb (1970) y Palma de Mallorca (1970). Entre 1970 y 1971 Fischer gana 20 partidas seguidas antes de perder una y empatar tres contra el antiguo campeón soviético Tigran Petrosian. De este modo puede clasificarse como aspirante al título de campeón del mundo y retar al soviético Boris Spassky, que mantiene el título desde 1969. 





Aunque personalmente no le interesa la política, Fischer se ha convertido en una pieza importante a favor de Estados Unidos en el contexto de la guerra fría con la Unión Soviética. El 1 de setiembre de 1972, y con tan sólo 29 años, el estadounidense Bobby Fischer se convierte en el primer estadounidense que consigue el título de campeón mundial de ajedrez, al vencer al soviético Boris Spassky en Reykjavik, durante el Campeonato que se desarrolla en la capital de Islandia desde el 2 de julio. Fischer, considerado por muchos como el más brillante jugador de ajedrez de todos los tiempos, vence por 12,5 a 8,5 puntos. La enorme apuesta financiera y la gran expectación con que son seguidas las 21 partidas jugadas dan a este duelo de prestigio una repercusión internacional. 





El campeón conservará su título hasta 1975. A partir de 1975 Fischer decide no presentarse a defender el título ante Anatoly Karpov, declina lucrativas ofertas y se recluye en el sur de California. Apenas ve a nadie, ni sale a la calle; se dedica a estudiar partidas y aperturas. No volverá a jugar en público hasta 1992, en un duelo de exhibición, otra vez contra Spassky, entonces 991 en la clasificación mundial. El enfrentamiento tuvo lugar en Serbia, país sancionado por la ONU debido al conflicto balcánico. Fischer, acusado de violar las sanciones de Estados Unidos, tuvo que hacer frente a un proceso. Su situación se agravó por problemas con la Hacienda, motivo por el que se instaló en Hungría. Desde 2004 residió en Islandia, país que le había concedido asilo político. 




 El gran mérito de Fischer fue romper la hegemonía de los jugadores soviéticos en las luchas por el campeonato del mundo. Contribuyó, quizás más que nadie, a que el ajedrez fuese un deporte popular en Occidente, pero fue ayudado por las tensiones de la Guerra Fría tan propias de la época. Su estilo era posicional, parecido al de José Raúl Capablanca, pero mucho más activo, con más ansia de vencer. Su repertorio de aperturas no era muy extenso, pero lo conocía a la perfección, con una gran memoria para memorizar cientos de variantes. 






 FUENTE: BIOGRAFÍAS Y VIDAS. COM Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografía de Bobby Fischer. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). 




362- ¿Sabía Ud Qué......? ANATOLI KARPOV – Ajedrez – RUSIA Karpov, nació en Zlatoust, Rusia, en plenas montañas de los Urales, el 23 de mayo de 1951. Desde muy chico jugó al ajedrez, sin destacarse entre sus pares. Estudió ciencias económicas, y aprendió inglés y español. 



 Ya adolescente tuvo la suerte de ser entrenado por por el antiguo campeón del mundo Mihail Botvinnik y a los 15 años consiguió el título de maestro soviético en un torneo celebrado en Leningrado (hoy San Petersburgo). 



En 1967 se proclamó campeón juvenil en Europa, y se convirtió en el jugador mas joven que haya conseguido el título de maestro soviético. Su nuevo entrenador fue Simón Furman y tuvo verdaderos progresos, y fue enviado a jugar a Checoslovaquia por error, debido a que era un torneo internacional para adultos, pero pudo intervenir igual, ganando todos los partidos jugados. 



En 1969 gana el Campeonato Juvenil del Mundo, y posteriormente consigue una serie de nuevos e importantes éxitos y obtuvo el título de maestro internacional en 1970, en Caracas. En 1971 jugó en Moscú el Memorial Alekhine, en el que se encontraban los mejores jugadores del mundo, salvo Fischer. Había cuatro campeones del mundo: Smyslov, Thal, Petrosian y Spassky. Karpov ganó este torneo sin perder ninguna partida. Las autoridades soviéticas tuvieron claro quién habría de ser el próximo campeón del mundo. 



En 1973 es segundo tras Geller en Budapest, derrota a Spassky en la Spartaquiada, y gana, empatado con Korchnoi, el interzonal de Leningrado. El campeonato de la URSS de ese año fue uno de los más fuertes de la historia. Quedó segundo, tras Spassky. Fue declarado el mejor jugador del año. En 1974 ganó el torneo de Candidatos, tras derrotar a Polugaievsky, Spassky y Korchnoi. Así se convirtió en el aspirante oficial al Campeonato del Mundo que detentaba el gran maestro estadounidense Bobby Fischer. Cuando Fischer rehusó jugar contra Karpov, la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) le proclamó campeón del mundo, por incomparecencia. 




Durante los siete años siguientes Karpov ganó siete primeros premios en grandes torneos y entre 1978-1981 defendió con éxito su título mundial ante Víktor Korchnoi. Al haber sido campeón sin jugar el match con Fischer, se dudaba de la legitimidad de su corona, pero en los diez años siguientes jugó cuanto torneo de relieve le permitía su agenda, sólo en una ocasión no quedó entre los dos primeros puestos. Ha sido, sin duda quien más torneos de primera línea ha ganado en toda la historia del ajedrez. Su superioridad era tal que ya nadie dudaba de que era el mejor. Durante esta etapa su más encarnizado rival fue Korchnoi. 




El mundial de 1974 comenzó en un ambiente de gran camaradería, pero terminó muy enconado. Korchnoi se quejaba, no sin razón, de que Kárpov tenía mejores medios, proporcionados por las autoridades soviéticas. Poco después Korchnoi pedía asilo político en Amsterdam y la rivalidad se convirtió, también, en política. 





En un ambiente enrarecido se jugó el mundial de 1978. El encuentro se disputaba a seis victorias y las tablas no contaban. El marcador se puso en 5 a 1 a favor Karpov, pero Korchnoi reaccionó y en la partida 31 empató el encuentro. La partida decisiva la ganó Karpov, después de 93 días de juego y tras disputar 32 partidas. Aún debían enfrentarse en 1981, pero la superioridad de Karpov ya era más clara. En 1984 Karpov se enfrentó a Gary Kasparov por el título mundial. 




Ambos jugadores jugaron un ajedrez brillante durante todo el evento, pero tras 6 meses y 48 partidas, el enfrentamiento se suspendió. Alegando cansancio por parte de los dos jugadores el Presidente de la Federación Mundial de Ajedrez, Florencio Campomanes, repentinamente canceló la contienda sin coronar a un ganador. El encuentro se reanudó al año siguiente y Kasparov venció a Karpov proclamándose nuevo campeón mundial. Los intentos de Karpov de reconquistar el campeonato a Kasparov en 1987 y 1990 no tuvieron éxito. 





En 1993 Karpov no consiguió calificarse como aspirante para disputar el encuentro por el campeonato del mundo. En 1994, en el prestigioso torneo internacional de Linares (España) Karpov terminó en primer lugar sin perder un solo juego, uno de los mayores éxitos de su carrera. Hasta 1995, en que volvió a ser campeón absoluto, había ganado más de mil torneos, algo inigualado por otro jugador de ajedrez. Karpov ha jugado ni más ni menos que 13 mundiales, bien defendiéndolo bien aspirando a él. A pesar del que su primer título mundial lo consiguió sin jugar, hoy en día nadie duda de que es uno de los más grandes jugadores de la historia del ajedrez y un dignísimo poseedor el título mundial. 




Tiene fama de tener los nervios de acero. Se le conoce como el «gélido Tolia». Karpov no ha sido nunca uno de los fríos maestros de la escuela soviética. Su juego nunca ha carecido de fantasía, sólo que esta fantasía no ha estado al servicio de la táctica sino de la explotación de las más pequeñas ventajas. 



 FUENTE: HISTORIA Y BIOGRAFIAS.COM 




363- ¿Sabía Ud Qué......? Garri Kasparov (Bakú, actual Azerbaiján, 1963) Ajedrecista ruso. Hijo de padre judío y madre armenia, se inició en la práctica del ajedrez a los seis años de edad. A los trece se convirtió en campeón soviético juvenil y a los dieciséis se adjudicó su primer torneo internacional. 



Su imparable progresión se debió, en buena medida, a los cuidados de Mijail Botvinnik, antiguo campeón mundial en cuya escuela estudió entre 1973 y 1978. A partir de esta última fecha se puso a las órdenes de Aleksandr Nitkin. Maestro internacional desde 1980, en 1985 se convirtió en el campeón del mundo más joven de la historia al derrotar a su compatriota Anatoli Kárpov. 




De talante rebelde y contestatario, se enfrentó al presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, el filipino Florencio Campomanes, y en su país, aplaudido como héroe nacional, criticó el anquilosamiento del régimen comunista. Conservó su corona mundial durante toda la década de 1990 y, en 1996, derrotó a un potente ordenador apodado Deep Blue, en una serie de partidas que atrajeron la atención mundial, aunque un año después, en una segunda confrontación, la victoria correspondió a la máquina. 



FUENTE: BIOGRAFIAS YVIVAS.COM Cómo citar este artículo: Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Garri Kasparov. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España) 





364- ¿Sabía Ud Qué.......? Claudia Amura Ajedrecista nacida en Buenos Aires. Empezó a jugar a los 7 años, obtuvo títulos en las categorías infantil y cadete, fue 5 veces Campeona Argentina Juvenil y ganó 3 Campeonatos Sudamericanos. Fue nombrada Gran Maestra Internacional en 1990, cuando quedó ubicada primera en el ranking de América y duodécima en el mundo. 



A los 7 años aprendió a jugar ajedrez mirando, pero no fue hasta los 8 años que jugó su primer torneo, uno de los que organizaban el torneo la querían echar, pensaba que se trataba solo una niña que "usurpaba" el lugar a un verdadero jugador de ajedrez. A los 13 años fue cuando ganó su primer torneo nacional. Participaron 32 personas de las cuales sólo 2 eran de mujeres. 



Fue la primera mujer ajedrecista iberomericana en obtener un título de gran maestra femenina. Se ubicó primera en el ranking de América durante 10 años y es reconocida como la mejor ajedrecista iberoamericana de la historia al ocupar el puesto 12 del mundo en 1991. 




Ganó una medalla de oro en el mundial femenino sub 20 de partidas rápidas realizado en Australia 1988 y fue medalla de bronce en el Mundial sub 20 femenino realizado en Chile 1990. En el mismo año obtuvo la medalla de plata en las Olimpíadas de Novi Saad en el primer tablero del equipo Argentino. Fue cinco veces ganadora del Campeonato de Argentina de ajedrez femenino, en los años 1985, 1987, 1988, 1989 y 2014. Participó representando a Argentina en ocho Olimpíadas de ajedrez en los años 1988, 1990,1992, 1994, 1998, 2008, 2010 y 2014.2​Alcanzando en el año 1990, en Novi Sad, la medalla de plata individual.3​ 



Ganó el campeonato Panamericano del año 1997 en Venezuela, ganó 7 sudamericanos en los años 1990, 1992, 1994, 1996, 1998, 1999 y el último en la Caja de los Trebejos en Potrero de los Funes, San Luis 2007. De los torneos internacionales femeninos obtuvo un Memorial Capablanca Femenino en el año 1990 en Cuba. Entre hombres, se consagró en varios torneos de importancia: El abierto del Gran Prix ( BS AS 1990) el Metropolitano ( Buenos Aires) 1992 y los abiertos internacionales Ciudad de Ponteferrada ( España) 2001 y Ciudad de Mendoza 2013. Participó en 3 finales de Campeonatos Argentinos de hombres, y numerosos magistrales, destacándose su triunfo en el Magistral Edith Soppe realizado en San Luis, Argentina en 2012 donde hizo su tercera norma de Maestro Internacional. Enfrentó a varios ex campeones del Mundo: Mihail Tal, Gari Kaspárov, Ruslán Ponomariov, Anatoli Kárpov, Susan Polgar, Xie Jun, Antoaneta Stefanova. 




Ha colaborado como columnista de ajedrez en los siguientes periódicos argentinos, La Nación, Página/12 y El Liberal.Los últimos años incursionó en la política participando en las elecciones PASO 2011 como candidata a concejal por la Villa de Merlo y en 2013 candidata a diputada provincial por el departamento Junín. En 2016 fue convocada por el Gobernador de la Provincia Dr.Alberto Rodríguez Saa a ocupar el cargo de Secretaria de Estado de Deportes, en el cual permaneció entre el 15 de diciembre de 2015 y el 1 de junio de 2016. 




 FUENTE: TODO-ARGENTINANET 




365-¿Sabía Ud Qué....? Oscar Panno Ajedrecista Semblanza del maestro incluida en La generación plateada (1950-1976), segundo volumen de la colección Historia del Ajedrez Olímpico Argentino, Senado de la Nación, en proceso de publicación. Autores: Sergio E. Negri y Enrique J. Arguiñariz. Enrique ha producido una biografía sobre Oscar: PANNO MAGISTRAL – VIDA Y AJEDREZ DE UN GRAN MAESTRO, Edición de Autor, Buenos Aires, 2009. 



De aquellos héroes que lograron la conquista de los subcampeonatos en los años cincuenta, sólo sobrevive el jugador de menor edad del grupo, el Gran Maestro Oscar Panno, quien nació el 17 de marzo de 1935, en Buenos Aires. Su acercamiento al ajedrez se inició a sus siete años, cuando Francisco Panno, su padre, le compró a él y a su hermano una serie de juegos de mesa para que no salgan tanto a jugar a la calle. Este hecho, que justo le vengan a regalar un juego de ajedrez a Panno, para muchos parecerá un milagro, pero no es para tanto. A todos, alguna vez, nos han regalado algún juego de ajedrez, algún instrumento musical (aunque sea de juguete), o alguna caja de témperas y pinceles. 




En el 99% de los casos esto no produce ninguna consecuencia, pero cuando estos regalos caen en manos de gente como Magnus Carlsen, Daniel Barenboim o Salvador Dalí, todo suele ser bien distinto. Sí, en cambio, puede estar más cerca de considerarse un golpe de suerte que el niño Panno fuese a recalar en un medio muy estimulante para su desarrollo ajedrecístico, como era el Club Atlético River Plate. A esa institución ingresó en 1947, a los doce años de edad, junto con su hermano mayor, César. El objetivo era que ambos niños fuesen a la pileta, ya que el pediatra de ambos les había recomendado practicar natación. Pero, recorriendo el club, entraron en la sala de ajedrez, y aquí se iniciaría un romance con el juego que duraría para siempre. 




Pronto se vio a César y a Oscar participando de torneos infantiles, junto con otro niño que pronto sería amigo de ambos, Aldo Salerno. La pasión de los hermanos por aprender cada vez más, los llevó a leer los artículos que Roberto Grau escribía para la Revista Leoplán. Y, por una diferencia de sólo tres años, no se lo encontraron al autor de esos artículos, en persona, en River: había sido el profesor de la sala hasta su fallecimiento, en 1944. 





El club estaba buscando un reemplazante, no lo había conseguido todavía, pero gracias a la gentileza de destacados maestros del ámbito local, casi todos los sábados –el sábado era y aún hoy es el día de mayor actividad ajedrecística en ese club- alguien daba una clase comentando alguna partida importante en el tablero mural. Fue en el transcurso de alguna de esas conferencias informales cuando se produjo un hecho que también se verá como arquetípico en estas semblanzas que estamos desarrollando. 






Nos referimos a “la revelación”, al momento en que la participación en un torneo, o alguna otra situación, pone de manifiesto que el personaje que mencionamos en cada caso posee un talento fuera de lo común para el juego. En este caso, se dio el día que el maestro Alfredo Espósito estaba mostrando y comentando una partida del genial Capablanca. Haciendo uso de un recurso didáctico habitual, Espósito, cada tanto, interrumpía la reproducción de la partida para preguntar “qué creen ustedes que jugó Capablanca en este momento”. Profundo silencio en el auditorio de 12 o 15 personas, de todas las edades. 






Hasta que la respuesta acertada partía de un niño de doce años, de pelo engominado y cejas en forma de “v” invertida. Ante la reiteración de los aciertos de Panno, le preguntó al chico si había visto esa partida alguna otra vez. “Es la primera vez que la veo”, respondió Oscar. “Entonces, si podés encontrar tan fácilmente las jugadas de Capablanca, me parece que te espera un gran futuro en el ajedrez”- concluyó Espósito. Y todos sabemos que acertó. River cada vez se ponía más a gusto de Oscar. Unos meses después del hecho que acabamos de relatar, por fin fue nombrado el sucesor de Grau en la docencia de ajedrez. Era otro grande, Julio Bolbochán, que pronto cautivó a todos con sus profundos conocimientos, su didáctica y su bonhomía. Panno se enganchó muy bien con el nuevo profesor. 






No sólo prestaba total atención a lo que trasmitía Bolbochán, sino que cada semana le traía partidas de maestros que había estado reproduciendo pero sobre las cuales había aspectos que no había llegado a comprender. Esta actitud tan activa de un alumno le causó a Julio la mejor motivación para seguir enseñando. Y con el tiempo, cuando justamente le tocó a Panno ejercer la docencia, se dio cuenta de que eso era lo mejor que le podía pasar a alguien que enseña ajedrez o cualquier otra temática. La adolescencia de Panno transcurrió muy ligada a River Plate. 






Los sábados, las clases de Bolbochán, y luego a jugar partidas blitz con los amigos, y especialmente con Aldo Salerno, un excelente jugador de esta modalidad de juego. Y los domingos, los dos hermanos iban a la cancha, a ver jugar al equipo de la banda roja, en compañía de Salerno. Aldo jamás se perdonaría perderse un partido de su querido River Plate. De la mano de Julio Bolbochán, el ascenso de Panno fue meteórico. 






En 1953, con apenas 18 años, obtuvo tres títulos que confirmaron que era un elegido del juego de la Diosa Caissa: fue campeón argentino, campeón del Club Argentino de Ajedrez, y también, campeón mundial juvenil, título que obtuvo en Copenhague, Dinamarca, lugar a donde viajó con su profesor. Hasta ese momento, el único ajedrecista latinoamericano que había obtenido una corona mundial era Capablanca. Además, junto con el campeonato mundial, venía automáticamente el título de Maestro Internacional. 




Y los éxitos continuaron: en 1954 obtiene la primera colocación en el Zonal Sudamericano disputado en Mar del Plata. Esto le otorga un pasaporte directo para disputar, en 1955, el Interzonal de Gotemburgo, exigente competencia en la que participaron todos los mejores jugadores del momento, a excepción de tres: el campeón mundial, Botvínnik; el subcampeón mundial Smyslov (que pasaba directamente al Torneo de Candidatos) y el Gran Maestro estadounidense Reshevsky, que por compromisos personales no pudo disputar el interzonal. El tercer puesto que finalmente obtiene Panno en la competencia (detrás de Bronstein y Keres), lo colocó, para el consenso de la afición mundial, nada menos que en el sexto escalón del ranking internacional. Y agreguemos que tuvo alguna chance de ganarle a Bronstein su partida individual. 






Si ello hubiera ocurrido, hubiese empatado el primer puesto con el soviético. Las grandes hazañas –ya sea amorosas, deportivas o de cualquier índole- se disfrutan por lo menos en dos momentos: el primero, cuando se concretan. El segundo, cuando uno puede contarlas a sus amigos. Y así, imaginamos que al sábado siguiente de su retorno a la Argentina, habrá compartido el éxito con sus amigos de ajedrez, entre los que estaba Marco Finci, un muchacho ocho años mayor que él; pero el ajedrez iguala edades. 






Y el siempre presente Aldo Salerno, quien, quizá olvidándose de que ahora estaba jugando con un flamante Gran Maestro –su actuación en Gotemburgo le valió tal título- le habrá ganado alguna de las innumerables partidas rápidas que habrán jugado. Y al día siguiente, domingo, a encontrarse todos para ir a ver al equipo ¨millonario¨. Aldo jamás se perdonaría perderse un partido de su querido River Plate. La afición argentina estaba casi convencida que se avecinaban años con un campeón mundial de ajedrez nacido en nuestras tierras. El campeonato mundial juvenil era un buen prenuncio del campeonato absoluto. Y si a ello le agregamos un virtual sexto puesto en el ranking internacional, con tan sólo veinte años, no quedaban dudas de que las posibilidades de Panno eran inmejorables. 






Después de todo, vivíamos nada menos que en un país que era la segunda potencia ajedrecística del orbe. Pero el joven del barrio de Saavedra tenía otros planes que lo alejaban de esa posibilidad: había decidido terminar sus estudios de ingeniería y ejercer dicha profesión. 





En aquellos tiempos, a diferencia de lo que ocurriría décadas después, no entraba en la cabeza de casi nadie la idea de que alguien se convirtiese en un ajedrecista profesional. La colisión entre el ajedrez y la Universidad llegó al clímax allá por el año 1958, en que luego de jugar la final del campeonato argentino, el Panamericano, el Interzonal de Portorož, y la Olimpíada de Münich, entre otros torneos, Panno había reclamado que al menos para el próximo campeonato argentino lo eximan de jugar las preliminares, cosa que resultaba innecesaria, habida cuenta de que Oscar ya había dado excelentes muestras de su nivel en la esfera internacional y necesitaba disponer de tiempo para su carrera universitaria. Su petición recibió una rotunda negativa, y entonces, Panno tomó la decisión de “suspender a la FADA” (son sus propias palabras), y retirarse de toda competencia hasta tanto haber logrado su título de ingeniero civil. 





Esto lo cumplió de manera casi meticulosa. Desde fines de 1958 hasta el verano de 1962, no participó de ningún torneo. Reapareció en el Magistral del Club Kimberley, de Mar del Plata, cuando ya había terminado de cursar todas las materias y sólo le restaba un final para recibirse. La manera en que regresó al ajedrez de Oscar preocupó a quienes esperaban verlo campeón mundial, ya que quedaba claro que el juego había dejado de ser prioridad en la vida del joven. 





Comenzó a ejercer su profesión de ingeniero en una empresa de primera línea, que pronto, conociendo su capacidad, le confió importantísimos proyectos. Entre ellos, el complejo de puentes y viaductos que hoy marca la intersección de las avenidas General Paz, del Libertador, Cantilo y Lugones. En sus ratos libres, daba clase en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Y para completar el combo, ya se había casado con Guillermina, una joven holandesa con la que pronto tuvo tres hijos que, lógicamente, demandaron toda su atención. Por su trabajo, comenzó a declinar su participación en torneos que implicaran viajar lejos de Buenos Aires, a menos que coincidiesen con sus vacaciones anuales. Y los torneos locales, los jugaba luego de una agobiante jornada laboral. 






Para la Olimpíada de La Habana´66, hubo que hacer todo un complicado operativo a fin de que le otorguen la licencia deportiva respectiva, sin que ello implicase un perjuicio para Panno en su carrera profesional en la empresa. Por indicación de la secretaria del propio presidente de la compañía, en la nota que presentó la FADA solicitando la licencia, se hizo mucho hincapié en que la participación de Panno en el equipo olímpico era “una cuestión de interés nacional”. 






Como la empresa era frecuente contratista del Estado, no quería de ninguna manera quedar mal con el gobierno, y entonces no dudó en otorgar el permiso. Así, Panno no sólo pudo jugar el torneo. También lo pudo hacer sin el cansancio de competir después su trabajo. El resultado fue su medalla de oro al mejor segundo tablero. Pero realizar un viaje de tales características fuera de su período vacacional no se pudo repetir otra vez, y Oscar hasta debió resignar su participación en torneos muy importantes, tales como el Interzonal de Túnez de 1967. A comienzos de la década del setenta, esta situación cambió. Panno renunció a la compañía, y estableció, con un socio, su propia empresa de ingeniería, dedicada a la construcción de las obras de infraestructura –red de agua, cloacas y pavimentos- para el creciente conurbano de la ciudad de Buenos Aires. Tras la industrialización de la posguerra, las localidades aledañas a la capital argentina se poblaron a pasos agigantados, hasta el punto de alcanzar un tercio de la población total del país. 




Esta decisión, que sin duda apuntó a mejoras en la economía del núcleo familiar del maestro, también tuvo su beneficio en el desarrollo de su carrera ajedrecística. Ya no tenía que solicitar permisos para jugar los torneos, porque se había transformado en su propio patrón. Y así fue como disputó una serie de certámenes que se computaron para el flamante sistema de ranking “ELO” (implementado en 1970), que para 1972, luego de sus éxitos en los Magistrales de Palma de Mallorca, le valieron la 18ª ubicación en el ranking mundial, nada mal para un ajedrecista que no se dedicaba exclusivamente al juego. Por otra parte, un estudio retrospectivo de todos los jugadores de élite del mundo, encarado por el mismo creador del sistema de ranking, el profesor Árpád Élő, daba a Panno como el segundo mejor jugador argentino de toda la historia, detrás de Najdorf. O, también, el mejor ajedrecista nacido en nuestro país, recordando el origen polaco de Don Miguel. 





Otra consecuencia del nuevo esquema de vida de Panno fue que a partir de marzo de 1973 pudo aceptar el cargo de profesor de ajedrez de River, función que mantiene hasta la actualidad, dando comienzo a un fructífero ciclo docente–ajedrecístico sobre el cual hablaremos enseguida. Así, Panno vino a completar una lista de muy prestigiosos profesores de River, como fueron Roberto Grau, Julio Bolbochán y Raúl Sanguineti. Todos ellos, dignos de integrar, junto con Najdorf, una suerte de seleccionado olímpico argentino de toda la historia. Pero el marco económico, en países emergentes como el nuestro, varía en forma constante. A comienzos de la década de los ochenta, Panno se vio obligado a dar un nuevo golpe de timón a sus negocios. La importante crisis financiera en que desembocó la gestión del Ministro de Economía Martínez de Hoz generó el abrupto corte en las contrataciones del Estado, de duración incierta. 





Panno no tuvo otra solución mejor que bajar la persiana de su emprendimiento personal, y dedicarse a otra cosa. Esa otra cosa era el ajedrez. Por fin Panno se convertiría en un ajedrecista profesional, con dos potenciales fuentes de ingresos: sus premios en torneos por un lado, y sus retribuciones como docente de ajedrez. Entonces, a su cátedra de River le agregó varias instituciones más: el Club San Fernando, el Colegio Nacional Buenos Aires, la Municipalidad de Vicente López, el Círculo de Villa Martelli, el Círculo de Villa Ballester y el Club Gimnasia Esgrima de Buenos Aires. Tal como hubiesen querido sus fans de los años cincuenta, ahora Oscar había dejado de ser un amateur talentoso, para convertirse en un ajedrecista profesional hecho y derecho. Además, entre agosto 1998 y marzo 1999 publicó Ajedrez con Panno, fascículos coleccionables que enseñaban ajedrez. Se vendían en todos los quioscos de diarios y revistas. Esta profusa actividad docente llegó a centenares de alumnos, o aún a miles, si consideramos el alcance de los fascículos. 







Y hubo numerosos discípulos que alcanzaron títulos internacionales, como los grandes maestros Rubén Felgaer, Alejandro Hoffman, Diego Valerga o Pablo Lafuente, los maestros internacionales Maximiliano Ginzburg, Enrique Scarella, Guillermo Llanos, Nahuel Díaz, Alejo De Dovitis o la Gran Maestra Femenina Claudia Amura, la mejor ajedrecista mujer de toda la historia argentina, junto a Carolina Luján. A pesar de ello, Panno destaca que el objetivo de su docencia del ajedrez no es fabricar maestros: el juego es un modelo que sirve para aprender a tomar decisiones en la vida, a partir de la previsión de sus consecuencias. Sólo por ello, sostiene que si la enseñanza del juego fuese masiva, contribuiría muchísimo a la formación de una sociedad pensante. 





Emparentado con la docencia, merece mencionarse también su tarea de entrenador de grandes maestros para diversas competencias. El caso más conocido: fue segundo de Korchnói en el match por el título mundial ante Kárpov, en Baguío 1978. En marzo de 2008, con su tercer puesto invicto en el Memorial Bobby Fischer organizado por el Círculo de Villa Martelli, Panno parece haber dado por terminado su nutrido ciclo competitivo, con más de dos mil partidas registradas en las bases de datos y más de doscientos torneos jugados. Haciendo una apretada síntesis de esa trayectoria, encontramos que obtuvo tres campeonatos argentinos (1953, 1985 y 1992) y cuatro subcampeonatos (1958, 1967, 1975 y 1993). 





En cuanto a las preliminares del título mundial registra, sobre ocho Zonales jugados, dos primeros puestos (Mar del Plata´54 y Río de Janeiro´57), dos subcampeonatos (Mar del Plata´69 y São Paulo´72) y tres terceros puestos (Río Hondo´66, Fortaleza´75 y Santiago de Chile´87). Con ello accedió a seis Interzonales (Gotemburgo´55, Portorož´58, Sousse´67, Palma de Mallorca´70, Petrópolis´73 y Manila´76), cuyo mejor resultado fue el mencionado tercer puesto en 1955, que le dio acceso a su único Torneo de Candidatos, Ámsterdam´56, en el que obtuvo el 9° puesto. Recordamos lo dicho con respecto al de 1967: se clasificó, pero no pudo ir a jugarlo. En competencias de otro orden, en 1954 participó del match Argentina–URSS, defendiendo el tercer tablero ante el GM Averbakh, perdió 3 a 1; Campeonato Panamericano´58, 1°, delante de Lombardy, Cuéllar y Najdorf; Ciudad de Buenos Aires´70, 3°, detrás de Fischer y Tukmakov; Caracas´70, 3° detrás de Kavalek y Stein, y delante del emergente Kárpov; Magistral de Palma de Mallorca´71: 1°/2°, empatado con Ljubojević; Magistral de Palma de Mallorca ´72, 1°/2°, empatado con Kavalek; Santa Fe de Bogotá´76, 1°, delante de Cuéllar; Santa Fe de Bogotá´77, 1°, delante de Gilberto García; Biel´77, 2°, detrás de Miles; Lone Pine´77, 1°/2° empatado con Balashov; IBM Ámsterdam´90, 3°, detrás de Ree y Unzicker. Su último triunfo en un torneo se registró en Mendoza, en el Memorial Manuel Pereyra Puebla en el 2003, invicto delante de 114 jugadores. 





Merece mencionarse también su título de campeón del Club Argentino de Ajedrez. Como dijimos antes, lo logró por primera vez en 1953, ganándole un match a Luis Piazzini, y no lo defendió al año siguiente. Luego lo recuperó en 1965, ante Rubén Rollansky, y lo defendió sucesiva y exitosamente hasta 1992, año en que decidió renunciar al título. Mantuvo el cetro un total de 28 años. En la faz que interesa a nuestra crónica, Panno participó en once Olimpiadas. Fue, junto con Miguel Najdorf y Pablo Ricardi el argentino que disputó mayor número de torneos olímpicos. Ganó medalla de bronce al segundo tablero en 1958, alcanzando en 1966 la medalla de oro para dicho puesto. 



Su perfomance total, desde Ámsterdam´54 hasta Manila´92, fue de 151 partidas jugadas, 51 ganadas, 87 tablas y sólo 13 derrotas, conformando un rendimiento del 62,6%. Curiosamente nunca ocupó el primer tablero a lo largo de su dilatada trayectoria olímpica en la que quedó invicto en cuatro Juegos: Münich´58; La Habana´66; Siegen´70, y Manila ´92. Panno para Chessmetrics fue el jugador N° 18 del mundo en noviembre de 1955, teniendo en octubre de ese año un ranking de 2.680 puntos, que asciende al impresionante 2.755 correspondiente al Interzonal de Gotemburgo que fue, sin dudas, la actuación más descollante de toda su historia. Para entonces sólo lo superaban en el listín mundial: Smyslov; Keres; Bronstein; Botvínnik; Reshevsky; Petrósian; Taimánov; Géler; Najdorf; Spassky; Kótov; Szabó; Gligorić; Boleslavsky; Ivkov; Matanović, y su maestro Julio Bolbochán. Y atrás de Panno quedaban: Pachman; Averbakh; Korchnói; Darga; Unzicker; Benkö, y Filip. 





Durante el transcurso de la primera década del Siglo XXI, Panno se jubiló como ingeniero y renunció a sus cargos docentes, en las instituciones que ya hemos mencionado. Sólo retuvo sus funciones en River y en su Ajedrez con Panno, que ahora es un portal de ajedrez destinado a docentes y alumnos de los ciclos regulares de la educación primaria y secundaria. ¿Por qué eligió a River para quedarse? Suponemos que por una cuestión claramente afectiva. Cada sábado se produce el rencuentro con sus amigos de siempre, como Marco Finci, que a sus 87 años no falta un solo sábado al club; o con sus alumnos, a quienes reúne en su clase, puntualmente a las tres y media de la tarde, para continuar hasta largamente pasadas las siete. 





Y de alguna manera está cerca del entrañable Aldo Salerno, que aunque ausente de la sala quiso, a su manera, hacerse presente en el Club y en cada partido de su equipo favorito. A tal fin, cumpliendo sus expresos deseos, sus familiares y algunos amigos del ajedrez entraron cierta vez en la cancha principal de River y en los lugares de los mejores goles de Ángel Labruna, Beto Alonso o Enzo Francescoli, o de las espectaculares atajadas del gran Amadeo Carrizo, vaciaron el cofre que guardaba sus cenizas. 





Es que Aldo jamás se perdonaría perderse un partido de su querido River Plate. En el Olimpo del ajedrez argentino, con Gelly, Villegas, Reca, Grau, Palau, Guimard, Pléci, Julio Bolbochán (y su hermano Jacobo), Pilnik, Rossetto, Sanguineti, Eliskases, Quinteros, Cámpora, Ricardi, entre tantos otros que han sido, son y seguirán siendo fieles custodios de la llama encendida que representa el talento vital de los ajedrecistas argentinos, allí, en lo más alto, y junto a un Najdorf que llegó a dimensiones históricas universales tras transformarse en el más argentino de los argentinos, en ese sitial de honor, al lado del hijo de Polonia, está Panno, el mejor ajedrecista nacido en suelo patrio. 


 FUENTE: AJEDREZ12.COM




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