agosto 08, 2018

LA HISTORIA DE LA VUELTA DE LA MANZANA

LA PRIMERA EDICIÓN

Así rememoraba en su momento DIARIO RÍO NEGRO, LA PRIMERA EDICIÓN DE LA VUELTA DE LA MANZANA.





1.510 kilómetros de carrera, 83 anotados. Larry con Peugeot, su primer ganador. Su historia.


Corría 1966 y la Legislatura rionegrina terminaba de sancionar la ley que creara la Fiesta Nacional de la Manzana.


Posteriormente un decreto nacional le fijaba sede permanente a la ciudad de General Roca. Se hacía entonces necesario proyectarla al orden nacional, cosa nada fácil, allí es donde surge la idea.


Rafael Miglianeli y Norberto Pereyra realizan un proyecto y es presentado a la comisión directiva de la Asociación Volantes de General Roca, en aquel entonces presidida por don Mario Vasallo y de la cual ambos son integrantes.


¿En qué consistía dicho proyecto? En hacer disputar una carrera automovilística que coincidiera con la Fiesta Nacional de la Manzana y cuya realización se sucediera todos los años. La idea fue lanzada. Las posibilidades de llevarla a la práctica no eran coincidentes. Nunca se había realizado en la región un evento de esta naturaleza. El esfuerzo financiero parecía inalcanzable. El temor de que no asistieran figuras del orden nacional desanimaba a muchos, pero eso no fue razón suficiente para los exdirigentes de la AVGR y comenzó la realización de la prueba.


Se anuncia por primera vez la carrera en una conferencia de prensa realizada en la Capital Federal el 22 de diciembre de 1966. Tampoco en esa época se conocía el calendario automovilístico, pero allí estuvo la sagacidad, la habilidad del dirigente que antes de conocer el anuncio oficial ya sabía que la carrera se realizaba. Claro está que ello se logró tras muchos viajes a la CDA.


Conversar con muchos dirigentes, perderse muchas horas y días... pero se hacía necesario, no pueden las instituciones distantes a mil kilómetros pretender lograr algo por correspondencia o esperar que directivos o los grupos interesados hagan lo que debe hacer el propio dirigente del interior –en la mayoría de los casos, huérfanos de apoyo–.


El primer premio de la Manzana costó mucho dinero, y gran parte –varios cientos de miles de pesos– del bolsillo de los exdirigentes de la Asociación Volantes, pero por sobre todo se había logrado realizar el gran impacto promocional.


Durante todo 1967, en cualquier parte del país en que hubo una carrera no se hablaba de otra cosa que de la Vuelta de la Manzana, de lo extraordinaria que había sido y de que se esperaba con ansias.


Pues bien, todo esto es nuestro y del automovilismo regional.


Las condiciones fueron dadas. Se repitieron los éxitos deportivos, y se superaron.


Gracias dirigentes, y a todos los que acompañaron durante 50 años.


Carlos Villar
LE 7.567.165

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